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Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

El lobby armamentista llegó ya a Europa

El nuevo partido de la ultraderecha española anda reclamando por ahí, a falta de mejor causa, liberalizar en nuestro país la venta de armas para la defensa personal y, por desgracia, no está solo.

Si pensábamos que eso de la proliferación de las armas de fuego en los hogares era sólo una cosa de los locos norteamericanos, estábamos equivocados.

El poderoso lobby armamentista de EEUU ha extendido sus tentáculos a nuestro continente: la organización Firearms United es algo así como la sucursal europea de la Asociación Nacional del Rifle de aquel país.

Esa organización no gubernamental, con sede en Varsovia y presidida por el polaco Tomasz Stepien, cuenta ya con el correspondiente lobby y se ha acreditado en Bruselas ante la UE con el objetivo declarado de rechazar las presiones opuestas del que llaman "lobby del desarme".

La Comisión Europea aprobó a mediados de 2017 una directiva sobre la venta y el transporte de armas de fuego, que obliga a los países miembros, entre otras cosas, a poner en marcha sistemas de seguimiento de las licencias concedidas e intercambiar información sobre las mismas aunque deja al mismo a los Estados gran margen de maniobra.

El lobby de las armas de fuego cree haber conseguido en cualquier caso evitar mayores restricciones a su uso en propia defensa, lo que considera una victoria provisional, a la que deben seguir otras, por las que seguirá luchando en Bruselas.

En la Italia de Matteo Salvini, ministro del Interior y líder de la Liga, ese lobby ha tenido buena acogida: el Gobierno ha aprobado con excepcional rapidez un texto legal que atiende a las reivindicaciones tanto de los fabricantes como de los poseedores de armas de armas de fuego.

Entre otras cosas se ha modificado, extendiéndola a otras categorías, la calificación de "tirador deportivo" de forma que los entusiastas de ese tipo de armas podrán adquirir en adelante fusiles de asalto semiautomáticos.

No es de extrañar, pues, que la asociación italiana que dice "tutelar los derechos de los ciudadanos que poseen legalmente armas", la llamada Unarmi, diese la bienvenida a esas reformas del Gobierno de coalición de La Liga y Cinco Estrellas.

Unarmi, parte de la alianza internacional de Firearms United, ha tenido desde su creación muy buenas relaciones con el hombre fuerte del Gobierno, Salvini, según documentos vistos por el semanario italiano L'Espresso.

El lobby de las armas vale potencialmente cientos de miles de votos entre cazadores, personal de las empresas fabricantes de armas y municiones, tiradores deportivos y los numerosos ciudadanos que quieren poder utilizar las armas en defensa propia.

En las listas a las elecciones europeas del partido de extrema derecha Fratelli d'Italia, cuyo eslogan propagandístico es "La defensa es siempre legítima", figura un tal Pietro Fiocchi, ex directivo de la empresa familiar de armas que lleva su nombre.

El candidato al Parlamento europeo asegura que, si es elegido, defenderá el derecho de los cazadores y tiradores en la comisión del Medio Ambiente, que es la que examina las nuevas leyes en materia de caza.

Los dos partidos de la extrema derecha italiana, Fratelli d'Italia y la Lega, tienen la misma agenda en materia de inmigración o en sus críticas a Bruselas, aunque el primero, heredero del neofascista Movimento Sociale, reivindica mayor libertad que el de Salvini en el uso de las armas.

Pero es al mismo tiempo el ministro del Interior, Salvini, como hace también en otras partes la extrema derecha, quien alimenta constantemente el miedo de los ciudadanos a la delincuencia y al terrorismo, vinculándolos a la inmigración.

Y ello aunque las estadísticas indican exactamente lo contrario: es decir, que han disminuido los homicidios, los atracos y demás delitos. La estrategia del miedo da siempre buenos resultados en las urnas a quienes la practican.

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