La relevancia y el peso político, económico, social, cultural (?) de Palma es un hecho, no sólo en Mallorca, aunque principalmente en ella. La Capitalidad como elemento simbólico, su peso demográfico, su centralidad, así como la concentración de los servicios públicos (y privados) esenciales, a pesar de las iniciativas de descentralización, convierten a Palma en referente para el conjunto de la ciudadanía de Balears. En consecuencia, es lógico que el gobernar en el Ayuntamiento de Palma siempre ha sido, es y será, el oscuro deseo electoral de todos y cada uno de los partidos políticos.
En breves fechas, el 26-M, los ciudadanos y ciudadanas tendremos ocasión de elegir, a través de nuestro voto, la persona y el partido que consideramos más adecuado y eficaz para liderar y gestionar el presente y futuro de nuestra ciudad, Palma. En Quaderns Gadeso nº 367 (www.gadeso.org) se reflejan las valoraciones y prioridades de la ciudadanía de Palma referidas a acceso a la vivienda, a los servicios públicos ,a los equipamientos, a la movilidad interna y externa, y al modelo turístico?Palma, con sus aporías y deficits, tiene fortalezas para construir un modelo de ciudad sostenible, habitable, cosmopolita, con identidad propia, abierta, inclusiva y acogedora. Durante la campaña se supone que todos y cada uno de los candidatos a gobernar y presidir nuestro Ayuntamientos plantean soluciones y propuestas, aunque más de uno se limita a prometernos el oro y el moro. A menos de cinco días del 26-M, ¿cuál ha sido su capacidad de convencimiento?
Según los resultados de la encuesta electoral realizada por Fundación Gadeso publicada en www.gadeso.org (Dossiers 856) por encargo de Canal 4 y publicada en DM, parece deducirse que podría consolidarse la actual mayoría de centro-izquierda, después de años de alternancia desde 2007. En las últimas elecciones municipales de 2015, en Palma, formó mayoría la coalición de centro-izquierda con 17 concejales (PSOE con 6, Més y Podemos con 5), alternando la alcaldía José Hila (socialista) y Antoni Noguera (econacionalista). Si los pronósticos se confirmaran se repetiría la misma coalición pero con una mayoría muy justa, 15 concejales. Respecto a 2015 los socialistas ganan un concejal (de 6 a 7), mientras Més y Ciudadanos perderían uno (de 5 a 4 cada uno). A su vez el centro-derecha obtendría 13-14 concejales; Cs obtendría buenos resultados, de dos ediles a 5-6; el PP con 5 concejales perdería 4; Vox podrá obtener 2-3 ediles. Dependiendo de los denominados "restos" el Pi podría obtener difícilmente un edil.
La clave puede radicar en la participación. La consolidación de la actual mayoría sólo será una realidad si la participación electoral es elevada, lo que supone la necesidad de una cierta movilización. La alternativa de centro-derecha es posible, pero no probable. De momento, según diversos sondeos, la participación oscila en torno a 59%-61%, porcentaje superior al 54,49% de participación en las últimas elecciones municipales. A su vez un 21% se manifiesta indeciso, la mayoría en el ámbito del centro derecha: trasvase de votos PP/Cs, Vox, del que sale más perjudicado el PP.
El candidato/a puede ser importante en las elecciones municipales, especialmente en los de escasa población. Pero no siempre es así. La valoración de los candidatos es significativa, pero no definitiva para desequilibrar la tendencia. Según los expertos cuanto más elevado sea el nivel de conocimiento de un candidato/a más difícil es obtener una buena cualificación, y viceversa cuanto menos conocidos mejor valorados por sus entornos próximos. La candidata de Ciudadanos, Eva Pomar, sólo es conocida por un 28% (militantes, simpatizantes y votantes (ex) de los populares), a pesar de lo cual tiene una valoración baja (3,6). De tales resultados se deduce que los buenos resultados (5/6 concejales) de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Palma, no dependen de la candidata sino las siglas del partido y sus referentes nacionales.
En todas las encuestas publicadas, aunque con matices, hay síntomas relevantes de consolidación de la actual mayoría en el Ayuntamiento de Palma. Pero la última y definitiva palabra la tienen los/as ciudadanos/as el próximo domingo, el 26-M.
