Las gentes de las Illes Balears tienen la fortuna de vivir en un paraíso terrenal. Una región que alberga grandes bellezas paisajísticas conlleva, casi por naturaleza, una sociedad comprometida con el cuidado de este patrimonio natural y hoy, Día Internacional del Reciclaje, reivindicamos ese poder que cada uno de nosotros tiene para cambiar el futuro y llevarnos hacia una sociedad cada vez más circular. O lo que es lo mismo: una sociedad que se preocupa por aunar el desarrollo económico con la protección del medioambiente, y donde los residuos se convierten en recursos.

Tarea nada sencilla, pero que avanza dando enormes zancadas gracias al aumento del compromiso ciudadano. En esta línea, los ciudadanos baleares han dejado claro hacia dónde quieren seguir creciendo de cara a los próximos años: hacia una sociedad que pone el reciclaje en el centro de su vida diaria. Así lo demostraron durante el 2018, convirtiendo a ses Illes en una de las regiones en las que la cantidad de residuos depositados en los contenedores amarillos y azules fue más alta. De hecho, gracias al convencimiento de los ciudadanos, los contenedores amarillos y azules se llenaron un 12,4% y un 7,3% más, respectivamente, que en 2017.

Este compromiso sirvió, además, para que se reciclaran un total de 39.738 toneladas de envases en la región. Una cifra en la que la ciudadanía fue la principal impulsora, y que también fue fruto de la colaboración de ayuntamientos, empresas y organizaciones civiles. Una sociedad balear, comprometida en su conjunto con la sostenibilidad, y que además cuenta con un modelo de reciclaje flexible y en continuo desarrollo, que desde Ecoembes coordinamos para hacer posible que el reciclaje siga creciendo, año tras año, sin dejar de lado la eficiencia.

El hecho de que el 100% de los ciudadanos tenga acceso a la recogida selectiva de envases, gracias a los 12.400 contenedores amarillos y azules que hay en las calles de los municipios baleares, y los 39 municipios con recogida puerta a puerta, sin duda refleja lo evolucionadas que están las Illes Balears en esta materia. Pero, más allá de las infraestructuras, cobra especial relevancia el tema de la educación y los hábitos. Por suerte, el reciclaje ya no es solo una acción que realizamos en nuestros hogares, sino que, cada vez más, está presente en otros ámbitos de nuestro día a día.

La conciencia medioambiental es algo que no podemos dejar en casa. En conciertos, fiestas mayores y distintas celebraciones multitudinarias se generan, junto al gran público que congregan, una gran cantidad de residuos. Por ello, desde Ecoembes nos estamos esforzando continuamente por acercar el reciclaje a más lugares, y también a los turistas que los visitan, como es el caso del Mallorca Live Festival, las fiestas populares de Menorca, o los bares y restaurantes en Formentera e Ibiza, por mencionar algunos. Lo mismo ocurre en los entornos naturales. Las playas, barrancos y islotes de ses Illes no pueden ser víctimas de la falta de responsabilidad y civismo, sino que siempre debemos tener presente que igual de importante es reciclar como no generar basuraleza.

Esto es algo sobre lo que la ciudadanía Balear es muy consciente. Y quedó bien reflejado en la pasada edición de 1m2 por la naturaleza, la gran recogida colaborativa anual de basuraleza promovida por el proyecto LIBERA -una iniciativa de la ONG SEO/BirdLife y Ecoembes-, en la que se recogieron residuos en zonas de alto valor ecológico como la playa de S'Illot; Can Pere Antoni; Puerto Luz Marina; el Puerto de Palma de Mallorca, o Esporles. El próximo 15 de junio, celebraremos una nueva edición de esta iniciativa en las islas, en la que esperamos sacudir conciencias y movilizar a la acción, con este mismo objetivo.

Sin duda, todos estos hitos apuntan en el mismo sentido: la ciudadanía balear desea un futuro en el que la economía circular se instale como un sistema firme, y en el que reciclaje tenga un papel protagonista. Y eso solo es posible si los líderes políticos se comprometen a elaborar políticas viables que pongan el medioambiente y la sostenibilidad encima de la mesa. Hoy, Día del Reciclaje, aprovechamos de nuevo para recalcar la necesidad de que desde el seno de los órganos de gobierno se dé respuesta a las demandas sociales. Un deseo que no responde a un color de partido, sino a un objetivo común: el de asegurar el futuro de todos nosotros y de la Tierra, nuestra casa común. No tenemos un plan B, porque tampoco tenemos un planeta B.