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Matías Vallés

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La Guardia Civil renueva Pollença tras Lucia Patrascu

Lucia Patrascu murió apuñalada por su marido en público en el Port de Pollença, poco después de abandonar el cuartel de la Guardia Civil. Allí había declarado que su marido la acosaba y la perseguía, según uno de los guardias. Hasta cuatro agentes del puesto han tenido que declarar como imputados por denegación de auxilio, sin que la jefatura balear adoptara por entonces medidas disciplinarias radicales, inercia que no puede sorprender a ningún conocedor de la realidad mallorquina.

Algo ha cambiado en la Guardia Civil, lo cual implica una renovación integral en la cúpula del cuartel del Port de Pollença. Con la incorporación de un oficial de Academia, prácticamente un veinteañero recién llegado de la Península y por tanto sin vicios locales. Otros dos movimientos refuerzan la regeneración del puesto que depende orgánicamente de Inca. También se desplaza al norte de la isla a un teniente actualmente con plaza en Palmanova, donde tuvo lugar el último atentado mortal de la sangrienta historia de ETA. Y finalmente, se recupera desde Valencia a un tercer mando mallorquín, que también había servido previamente en Calvià.

La Guardia Civil ha actuado con la determinación de verificar que la atención no ejemplar dispensada a Patrascu provenía de deficiencias estructurales en Pollença. El rejuvenecimiento era imprescindible, pero también valiente ante el deterioro. El mérito no corresponde en ningún caso al Govern y mucho menos al Institut de la Dona, que no se han personado en la denegación de auxilio, rebajando su discurso feminista a cháchara. Es el primer efecto del nuevo coronel jefe, a ver si aprende su sucedáneo en la Policía Nacional.

Recuerden dónde leyeron antes que Pedro Bestard, candidato por Vox al Consell de Mallorca y presidente de la Federación de Caza, se enfrenta al artículo 66 que obliga a dimitir a los cargos que se presenten a las elecciones. La repulsa entre un amplio sector de cazadores interpela a Carles Gonyalons, director general de Deportes del Govern.

Mientras se resuelve la duplicidad de Bestard, que en debates y entrevistas asombra por su univocidad, el agraciado propone ideas de escopeta de feria. Por ejemplo, la desestacionalización consistente en la organización de safaris en la Tramuntana. Consiste en soltar a un suecoalemán con un fusil para que tirotee a conciencia a otro mamífero cuadrúpedo. La pieza cobrada saldría a cuatro mil euros, a desembolsar por el cazador si sobrevive a este igualado enfrentamiento. En caso de victoria del bípedo, se le implantarán los testículos de la bestia en la cabeza, según es habitual en los líderes del partido neofranquista.

Olviden a los prohombres locales, porque el político mallorquín con mayor poder ahora mismo es Juan Bravo Baena, el consejero de Hacienda que administra casi 40 mil millones en la Junta de Andalucía. Nacido en Palma, este inspector tributario fue un destacado jugador de futbito en la isla, antes de fichar por el Jaén Paraíso Interior de la División de Honor de dicho deporte.

Quisimos tanto a MARIONA Gené González, que nunca imaginamos que tendríamos que llorarla. Formó un tándem imbatible en el Club de este diario con Mercè Marrero, cambió la vida de quienes la conocimos. Dominaba castellano y catalán como nadie. Se entregó a su isla hasta el último día. "Me mudé a Puigpunyent cuando comencé la quimio, porque dicen que las madres curan. Este pueblo es Mallorca cien por cien, pero a todo el mundo se la pela o eso parece". Desconcertada pero nunca rabiosa, sin doblez, siempre en primer tiempo de sonrisa. "¿O no?", diría ella en su réplica fetiche.

El grupo más selecto y caro de cafeterías y restauración de Mallorca está en venta, la hostelería es muy traidora. Vean Gracias a Dios, porque no solo aborda la pederastia sacerdotal en Lyon de la que se escabulló el cardenal Luis Ladaria, sino el gran cine a secas.

Reflexión dominical fundacional: "Los partidos no se miden por sus principios, sino por sus contradicciones".

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