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Antonio Tarabini

Entrevancs

Antonio Tarabini

Encuestas electorales, la ruleta rusa

He leído y analizado las últimas encuestas electorales difundidas hasta el pasado lunes, aunque hecha la ley hecha la trampa, última fecha legal de publicación. Casi todas tienen en común una serie de tendencias comunes, con mayor o menor intensidad, pero no resulta evidente quien/quienes podrán formar una mayoría suficiente con su consiguiente gobierno.

El mapa político actual nada tiene que ver con el de las anteriores elecciones generales. El bipartidismo, imperante hasta entonces, sufre un primer revolcón con la aparición de Ciudadanos y Podemos. Pero especialmente el ámbito del centro-derecha, hasta entonces monopolizado por el PP, explosionó probablemente con carácter definitivo. Los populares tienen que compartir tal espacio, desde la configuración de la nueva mayoría en Andalucía, con Vox (surgido con vocación de quedarse) y con Ciudadanos (cuyo "centrismo" queda hipotecado incluso por Macron). Tal como relatan todas las encuestas el centro-derecha español sólo podría obtener mayoría, y en consecuencia gobernar, sumando los escaños de PP, Cs y Vox. Hasta el día de hoy Vox, incluso sin participar en los debates televisivos, marca el ritmo y los tiempos con sus radicales propuestas de "extrema derecha populista". La batalla actual del trío de centro-derecha, además de desprenderse del okupa Pedro Sánchez, es una lucha cainita para liderar el espacio político y electoral y en consecuencia quién ocupar en su caso la Presidencia de Gobierno. No lo tienen fácil, aunque sea posible. De momento todas las encuestas sitúan al PP, aún mejorando sus resultados, a remolque de los socialistas, con Cs. y Vox a la greña por el segundo lugar. Su virtualidad puede depender de la abstención (que históricamente perjudica a la izquierda), de los resultados de las provincias con escasa "masa" electoral, así como un decantamiento del voto indeciso hoy ya menor del 40%, sin olvidar el siempre posible tropiezo en casa ajena por la real dificultad del centro-izquierda de articular una mayoría.

El centro-izquierda está acostumbrado a compartir espacio. Aunque con un porcentaje menor del 30%, se confirma que el PSOE será la opción más votada, lo que no le garantiza la mayoría suficiente. Unidas-Podemos (con sus confluencias) no está en su mejor momento, aunque es probable que mejore los malos resultados de los últimos sondeos. Para que el centro-izquierda pueda obtener una mayoría que le garantice estabilidad y gobernabilidad para afrontar las múltiples y necesarias reformas estructurales, socialistas y podemitas, muy probablemente necesitarán los apoyos de los nacionalistas vascos y catalanes. Argumento máximo de la derecha trifásica en boca de Casado: "no voy a permitir que en España manden terroristas, independentistas y comunistas", olvidando que tanto el PP como el PSOE, cuando no obtenían mayoría absoluta, pactaban sin reparo con el PNV y con Convergencia Democrática de Catalunya. Es cierto que hoy la realidad política de Catalunya es más compleja. Especialmente en sus entornos independentistas, divididos entre ellos por la radicalidad de unos (Puigdemont y parte significativa del PDeCAT) y el pragmatismo de otros (ERC y una cierta "rebelión" en el seno del PDeCAT). Formar y consolidar una mayoría de centro-izquierda con PNV y nacionalistas catalanes no será fácil, será difícil, y puede prolongarse en el tiempo. En teoría cabría la posibilidad de una mayoría PSOE-Cs, si la suma de sus escaños fuera suficiente (no parece estar garantizada), la cual no tendría por qué reproducirse miméticamente en las CCAA o Ayuntamientos. En la práctica tal pacto parece impensable vistos los desplantes e insultos de Rivera, Arrimadas y Cía, así como las diferencias abismales de sus programas.

En nuestra Comunidad ¿qué? A una semana vista, siguiendo con matices la tendencia general, el voto indeciso tiene carta de ciudadanía, tal como se refleja en los nueve monografías publicadas en Quaderns Gadeso bajo el título genérico de Caminant cap a les eleccions. El 40% señalado por el CIS, comienza a diluirse. Un 47% ya tiene decidido y un 25% opta por la abstención. Mientras, un 28% sigue indeciso: un 16% no sabe a quién votará, y un 12% no tiene decidido si votará o no. Si en esta última semana de campaña se reactivara el voto, quizás como resultado de los Debates Televisivos, podría alcanzarse una participación entorno a un 65% y una abstención del 35%. Lo que podría suponer 3 diputados del PSOE, 2 del PP, 1 de Ciudadanos, 1 de Podemos, y 1 a Vox; con la posibilidad de que los "restos" del partido menos votado rebotaran a uno de los partidos más votados.

En cuestión de días, el próximo domingo, saldremos de dudas.

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