Resolver o dejarlo estar

Si muero entre el 30 de marzo y el 26 de octubre de este año, habré perdido una hora de mi vida porque el sábado adelantaré, como todos, una hora en el reloj. A las dos de la madrugada serán las tres, y todavía no sé muy bien por qué. El debate sobre si es conveniente o no cambiar la hora dos veces al año, no es nuevo. Llevamos así una década y, por lo que parece, seguiremos en ello varias décadas más sin dar una solución. La ciencia aboga por volver al huso horario que nos corresponde, el de Portugal y el Reino Unido, lo que implicaría eliminar dos horas de un plumazo el próximo fin de semana y quedarnos así para siempre.

Para mí, el aval científico es un argumento de peso, pero no creo que tenga probabilidades de prosperar en este país. Aquí lo que vale es lo económico y en esta cuestión el sector turístico, el motor de la provincia de Alicante que nos ha permitido mantener el tipo durante la crisis económica, es rotundo. A los turistas no les gusta madrugar, prefieren trasnochar y como el cliente siempre tiene razón es más conveniente tener luz solar a las nueve de la noche que a las seis de la mañana. A los ingleses, alemanes, suecos, belgas y daneses les encanta. Y la verdad es que a nosotros, también. En este marco, sería deseable que de una vez por todas se tome una decisión o se aparque hasta que de verdad se quiera abrir un debate serio. Cada primavera y otoño, expertos y políticos hablan del asunto sin que se tome decisión alguna. No es serio. Hay que resolver o dejarlo estar. Lo demás es perder el tiempo y si algo no podemos perder es eso.

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