Opinión

José Francisco Conrado de Villalonga

Aporías electorales

El país ha abierto la campaña electoral con descalificaciones, leguaje quebrado y quimeras. Todas las formaciones políticas, de centro, de derecha o de izquierda, extrema izquierda y extrema derecha, nacionalistas y constitucionalistas?, están a lo mismo, invalidar a los adversarios, intentar conseguir el voto para vivir por cuenta del contribuyente y desentenderse de los problemas que interesan de verdad al ciudadano.

Los líderes que están saliendo a la palestra vocean soluciones irreales a problemas vanos, parten de premisas descaminadas que conducen a enunciados, que analizados, contienen incertidumbres de índole racional. Medidas imposibles o soluciones inventadas, dejan al elector en un lugar en el que le resultará difícil decidir. En las propuestas de los partidos políticos aparecen promesas a veces ininteligibles y frecuentemente demagógicas. ¿Cómo se va a llegar a la consolidación fiscal cuando los "decretos sociales de los viernes" aumentaran el gasto sin contrapartida en los ingresos?, ¿cómo se va crear empleo subiendo los salarios?, ¿cómo se van a incrementar las pensiones con una seguridad social prácticamente quebrada?, ¿cómo se van a crear empresas en Cataluña cuando se está acuartelando allí el caos político-institucional? De hecho durante el año 2018 la inversión exterior ha decaído un 12% en esa comunidad.

Los ingresos fiscales solamente suben de forma exponencial o importante, cuando la actividad económica progresa y progresa cuando se desarrollan las empresas, únicas creadoras de empleo. Para ello, se requiere seguridad jurídica y hoy no existe. La mayoría de formulaciones, por su inanidad, no pasan de ser aporías políticas.

"Aporía" es una palabra de origen griego -" a" partícula negativa y " poros" espacio, cuyo significado sería "no se puede llegar a ningún lado a través de esta formulación de partida"-. En el griego antiguo se aplicaba el término a algo muy difícil de entender o que por iniciarse a través de un planteamiento inviable no se podía llegar a una conclusión válida. La mayéutica socrática, método de discusión, consideraba que se estaba ante una "aporía" cuando se iniciaba una discusión en la que debido a la premisa inicial no se conseguía llegar a una solución, o que lo que se proponía como tal, daba un resultado no aceptable. En estos supuestos, gracias al método socrático -la mayéutica-, se llegaba a la conclusión de que la propuesta de partida era inválida por inconsistente. Hoy aporía, en términos políticos, significaría la imposibilidad de resolver un problema con promesas a partir de premisas falsas. Esto es lo que se está generalizando en el inicio de la campaña para el 28 de abril.

¿Por qué en vez de dedicarse a descalificar al adversario no proponen programas serios y posibles? Los electores que deseen saber que prometen los candidatos y conformar su voto de acuerdo con programas ofertados, de forma analítica e inteligente -lo cual sería aconsejable-, lo tienen difícil, no hay programas claros o no son lógicos y, en cualquier caso, no están pensadas para mejorar la vida de los ciudadanos. Esto conlleva que la gente se aleje de la elección o acabe votando de forma elementalmente visceral. No es conveniente que solo se debata sobre la bandera, la indivisibilidad de la nación, la autodeterminación o sobre la secesión de una parte de este país, pues ya se sabe que esto es, hoy, ilegal y políticamente imposible. ¿Qué partido se detiene en consideraciones sobre la cesta de la compra, sobre los impuestos directos e indirectos, impuestos sobre la electricidad, (vean la factura de la luz), sobre los combustibles, el IBI, actos jurídicos documentados, transacciones patrimoniales, sucesiones, donaciones??, de momento ninguno. Vean lo que ingresan las administraciones públicas en cada movimiento u operación que el contribuyente hace y se darán cuenta que de eso, lo importante, no se habla.

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