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Daniel Capó

Las cuentas de la vida

Daniel Capó

La llegada de los galácticos

De cara a las generales del 28A, los partidos buscan sus fichajes estrella para desequilibrar la contienda

Con la precampaña se inicia la temporada de los grandes fichajes. En esto, la política se asemeja a la locura veraniega del fútbol. Algunos de los nuevos jugadores responden al perfil clásico del veterano -José Ramón Bauzá, Joan Mesquida o la fallida Silvia Clemente, por citar algunos ejemplos-, más o menos amortizados según su capital político. No son pocos los que suspirarían por el retorno de un Alfredo Pérez Rubalcaba, como no fueron pocos los que se alegraron del regreso de Josep Borrell a la primera línea política. Pero no todo, claro está, depende de la veteranía. Al contrario, abundan los jugadores del filial que suben al primer equipo con la nueva legislatura: es el sanchismo en el PSOE y el casadismo en el PP. De hecho, tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado se forjaron durante años en las juventudes de sus respectivos partidos, como de algún modo también sucedió con Pablo Iglesias, Albert Rivera e Inés Arrimadas (otro fichaje rutilante, en este caso de la política autonómica). La parte más vistosa de la precampaña no corresponde, sin embargo, ni a los veteranos ni a los jóvenes valores, sino a los que -por utilizar un término caro a la mitología madridista- podemos denominar "galácticos". Galáctico es el jugador al que se considera desequilibrante, el crack que define el resultado final de los partidos. ¿Qué sería el FC Barcelona sin Leo Messi? Galáctico fue en su día el fichaje de Baltasar Garzón por el PSOE, de Manuel Pizarro por los populares y del ex JEMAD Julio Rodríguez por Podemos. La mayoría de estas incorporaciones a la vida política terminan dando poco juego, o sea, sin ofrecer resultados significativos. Se diría que también como en el fútbol.

¿Quiénes son los nuevos galácticos de la política? Vox ha incorporado -si no me equivoco- al menos a cuatro exgenerales del ejército y a un intelectual conservador como José María Marco. El PP recupera a Cayetana Álvarez de Toledo por Barcelona y ha fichado a un inversor mediático, Daniel Lacalle, para coordinar el área económica. El periodista Pablo Montesinos irá de número uno por Málaga y el padre de Mari Luz, Juan José Cortés, irá de candidato por Huelva, en lugar de una de las ministras más sólidas del equipo de Rajoy: Fátima Báñez. Cs ha sido especialmente activo en la temporada de fichajes: además de la incorporación nacional de Arrimadas, la lista del partido se ha reforzado con exministros socialistas como Celestino Corbacho, y con representantes de la sociedad civil como Marcos de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola, con el abogado del Estado Edmundo Bal -conocido por su polémica con el gobierno Sánchez en relación al juicio del 1 de octubre- y con la activista y letrada gitana Sara Giménez. La descomposición interna que sufre Podemos no les ha permitido destacarse en la temporada de fichajes. Y, en cuanto al PSOE, la lista de novedades llegó hace ya unos meses con el primer ejecutivo de Pedro Sánchez. No fueron pocas, ni mucho menos.

Por supuesto, los resultados al final dictarán sentencia. El triunfo de unos supondrá el fracaso de otros, aunque en la noche del 28 de abril todos canten victoria. La esperanza es lo último que se pierde, como reza el tópico. Y ahora, más que la política, lo que de verdad rige en campaña es la mercadotecnia de la ilusión.

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