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Infecciones y Cáncer

El cáncer es un proceso biológico que se caracteriza por la inmortalidad de las células y su capacidad para invadir tejidos y territorios corporales más allá de su propio origen (metástasis). No se puede hablar del cáncer como una entidad única sino que cada tipo y subtipo presenta unas características y comportamiento distintos; del mismo modo su pronóstico y tratamiento también son complejos y diferentes.

Mientras que en algunos tipos de cáncer se conocen los factores que favorecen su desarrollo (tabaco y cáncer de pulmón), hay otros muchos en los que diferentes factores ambientales, sociales, alimentarios, genéticos o infecciosos, juntos o por separado parece que determinan su origen.

Las infecciones carcinogénicas, es decir las producidas por aquellos microorganismos implicados en el inicio del proceso tumoral, son una parte importante de los factores diversos relacionados con el cáncer. La Agencia Internacional para la investigación del cáncer incluye como agentes carcinogénicos (grupo 1) a 11 agentes infecciosos; de ellos siete son virus (64%), tres parásitos (27%) y uno una bacteria (H.pylori).

En un estudio publicado en 2016 se ha calculado que de los 14 millones de nuevos casos de cáncer que se diagnosticaron en el mundo, alrededor del 15% podrían estar asociados a infecciones, es decir unos 2,2 millones de casos. De ellos 770.000 estarían asociados con H.pylori (cáncer gástrico) 640.000 al virus del papiloma humano (VPH)(cáncer de cérvix, cabeza y cuello), 420.000 al virus de la hepatitis B (VHB) (cáncer hepático), 170.000 al virus de la hepatitis C (VHC) (cáncer hepático), 120.000 al virus de Epstein-Barr (VEB) (linfomas y leucemias) y el resto al VIH, al herpes tipo 8 (HHV-8)(sarcoma de Kaposi) y al virus HTLV-1 (leucemia). En el 74% de todos los casos del cáncer hepático están implicados el VHB o el VHC; mientras que el VPH lo está en casi el 100% de los cáncer de cérvix. El VIH no es oncogénico por sí mismo y sólo incrementa el riesgo de padecerlo cuando actúa en combinación con otros agentes infecciosos carcinogénicos.

El proceso de la carcinogénesis viral puede producirse por tres mecanismos. De una forma directa, mediado por los propios oncogenes virales (VPH) o de forma indirecta, de modo que el virus podría disminuir la respuesta inmune del huésped favoreciendo la proliferación celular (VIH) o a través de un proceso inflamatorio crónico que favorezca la división incontrolada celular (VHB y VHC).

Como cabría esperar el porcentaje de asociación con estos microorganismos varía ampliamente entre las diferentes regiones del mundo. Así la más baja se observa en Norteamérica (4%) y la mas elevada en el África subsahariana (31%). Del mismo modo este porcentaje de atribución también muestra variaciones importantes dependiendo del nivel socioeconómico o de desarrollo de cada región. De este modo los países con bajas rentas y pobre desarrollo sanitario poseen los mayores porcentajes de cáncer asociados a procesos infecciosos. Así cerca de 1,4 millones de los nuevos casos (66%) se presentan en los países menos desarrollados. También en estos países el VHH-8 presenta el porcentaje atribuible más elevado (14% frente al 2% en el resto del mundo). En Europa el porcentaje atribuido a todas las infecciones es del 7,2% (unos 250.000 nuevos casos).

La edad avanzada es u

n factor determinante y favorecedor del proceso oncogénico, sin embargo en los cánceres asociados a infecciones se ha observado que el 64% de ellos se presentan en personas menores de 70 años. Este es el mismo límite de edad que utiliza la OMS para definir la muerte prematura por enfermedades no transmisibles. Pero en el caso del VPH este porcentaje alcanza el 86%, para el EBV del 88% y para el HHV-8 del 90%; todo ello nos indica que en general son cánceres que aparecen en etapas no tardías de la vida frente a las cuales se puede realizar alguna actividad preventiva.

En el caso del cáncer hepático atribuible a etiología viral se han observado variaciones significativas, de modo que en los países con bajo nivel de desarrollo hay un predominio importante del VHB sobre el VHC, participan de forma similar en los países de renta media y se observa un predominio claro del VHC en los países de rentas y desarrollo elevado. Este es un claro ejemplo del impacto de los programas de vacunación masiva realizados frente al VHB en la mayoría de países desarrollados y al hecho de no disponer de una vacuna eficaz frente al VHC (aunque existe un terapia muy activa que prácticamente resuelve el 95% de estos casos). En 2014 184 países del mundo introdujeron oficialmente la vacunación infantil frente al VHB pero las coberturas no superaron el 40% en muchos de ellos. Por lo tanto el incumplimiento de estos programas, muy bien intencionados, está dificultando la reducción y eliminación del cáncer hepático causado por este virus.

El VPH causa mas de la mitad de todos los cánceres asociados a infecciones entre las mujeres en el mundo. En los países de baja renta afecta a casi la mitad de las mujeres y hombres. Estas tasas tan elevadas de cáncer por el VPH se deben básicamente a la ausencia de programas de cribado y a la falta de tratamiento precoz de las lesiones precancerosas en estos países asociado a una elevada coinfección con el VIH.

Como buena noticia debe mencionarse que estudios semejantes realizados en períodos anteriores daban porcentajes atribuibles a estas infecciones muy similares. Así en 1990 era del 16%, en 2002 del 18% y en 2008 del 16%. Aunque el análisis en cada uno de estos años pueda ser algo diferente, parece que este tipo de cánceres se ha estabilizado en los últimos veinte años, cuando el número mundial de nuevos casos de cáncer parece haber aumentado en este mismo período, quizás debido a un diagnóstico mas precoz en muchos de ellos.

Conociendo la asociación entre estas infecciones y el proceso cancerígeno que provocan o inducen, debemos plantearnos que medidas de prevención disponemos frente a ellas. Ya se ha mencionado que en el caso del VHB y del VPH la vacunación sistemática a toda la población infantil, sin excluir a los niños en el caso del papiloma, es el mejor sistema para controlar e incluso eliminar la circulación mundial de estos virus. Esto es posible, pero parece poco probable que se consiga en los próximos años.

Frente al VIH y el VHC no disponemos todavía de una vacuna eficaz por lo tanto sólo el diagnóstico precoz y el tratamiento antiviral son las únicas opciones posibles. Es muy importante realizar campañas divulgativas para conocer que personas están infectadas y no lo saben, ya que el tratamiento rápido de ellas evitará la transmisión y difusión de estas infecciones.

A la vista de estos datos parece que el impacto poblacional de la carcinogénesis infectiva no ha aumentado en los últimos años, pero tampoco ha disminuido como hubiéramos deseado. Por lo tanto todavía quedan muchas cosas por hacer y entre ellas seguir vacunando a la población infantil que es la única acción con efectos positivos de futuro para la humanidad.

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