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José Francisco Conrado de Villalonga

El exceso de pleonasmos

"Pintamos pisos a domicilio". Bueno, no sé qué aconsejar a estos pintores, pero veo difícil "pintar pisos si no es a domicilio"

Al salir de una reunión, en Madrid, nos sentamos varios colegas a la mesa de uno de los bares-restaurantes del paseo del Prado. En una de las mesas situadas cerca de la nuestra había un grupo de chicos y chicas, -hay que decirlo así, el genérico neutro no encaja en la corrección política al uso-, que hablaban en un tono elevado e innecesario, razón por la que resultaba difícil sustraerse de su conversación, de escaso o nulo interés para la mayoría de nosotros. Sin embargo, dada mi curiosidad por cómo la gente formula sus pensamientos, me llamó la atención la inmoderada utilización que hacían de pleonasmos en la construcción de sus inconexas frases, proposiciones y expresiones aquellos jóvenes, que al parecer eran universitarios. No desearía ser excesivamente crítico con aquella charla de nuestros colindantes, ya se sabe que la conversación es improvisación, se habla al tiempo que se piensa, mientras que, por el contrario, la escritura es reflexión, pero?.

El pleonasmo, vocablo cuyo antecedente etimológico se encuentra en el término latino, "pleonasmus", es un vicio del lenguaje que consiste en añadir palabras que nada nuevo o valioso aportan a la oración, son palabras redundantes y que a mí, al escucharlo, me produce cierta contrariedad, me malhumoran. Veamos como transcurría aquella conversación; una de las chicas contaba que un profesor tenía un lío y decía, "en mi opinión personal"... "pues lo vi con mis propios ojos?", vale niña, pero además del cuchichear debería de saber que la opinión es siempre personal por lo tanto no es necesario redundar con la palabra "personal" y además se da por supuesto que lo vio con sus ojos, no con los ojos de otra persona, por lo tanto "mis propios ojos" es también redundante. Otro aportó más información sobre el caso del profesor y añadió que lo que decía su compañera era cierto pues él había visto (al profesor) "subir arriba" y "salir fuera, a la terraza con?", bien gafitas con cara de intelectual, debería de saber que es imposible "salir dentro" y "subir abajo" y que "él estaba allí todavía", es también redundante. Otra de las chicas añadió que la alta calificación dado a ? en aquella materia? fue "un regalo gratuito", ¡toma ya!, pues si ha sido un regalo, forzosamente deberá de ser gratuito. Interviene otra estudiante que añade a aquella serie de chafarderías, con un pleonasmo de elevada categoría, "vuelvo a repetir", cuando se vuelve sobre un asunto el volver lleva implícito que se trata de una repetición y, subrayó, todo eso es un "abuso excesivo", pregunta, ¿acaso hay abusos no excesivos? Después de aquella conversación en la que fue tan maltratada la gramática decidí regresar andando por un Madrid, que esta esplendoroso, con la intención de relajarme cuando me encontré ante una farola, a la que habían adherido una pegatina que anunciaba lo siguiente: "pintamos pisos a domicilio". Bueno, no sé qué aconsejar a estos pintores, pero veo difícil "pintar pisos si no es a domicilio" y además el cartelito añadía, "el taller está situado a la derecha de la salida del túnel subterráneo", los túneles en otros ciudades suelen ser subterráneos, en esa capital puede que no.

Este desconocimiento, no es solo un problema entre los jóvenes, afecta también a los mayores, pues hoy en temas lingüísticos todo vale. ¿Y los políticos?, a parte de continuas descalificaciones a los adversarios y hosquedad en los términos usados, en las construcciones gramaticales parecen ser los mejores enemigos de la lengua castellana. Utilizan palabras inadecuadas por desconociendo de su significado, recurren con frecuencia a frases rotas y despropósitos verbales, a veces parecen estar cercanos al analfabetismo. Aznar, al regreso de una vivista a Marruecos cinceló la siguiente frase: "Nos hemos reunido el rey Mohamed VI y yo para tratar temas bilaterales entre los dos países", si eran bilaterales se supone que era entre los dos países. Rajoy se cansó de decir que el "referéndum de Cataluña "era ilegal e ilegítimo y una quimera imposible", estamos de acuerdo con lo que quiso decir, pero no como lo dijo, las ilegalidades suelen ser ilegítimas y las quimeras son imposibles por naturaleza. Con la reciente convocatoria de elecciones generales oímos constantemente que van a conseguir un buen numero de diputados para "la Cámara Baja de diputados". La Cámara Baja siempre se nutre de diputados, se supone y, alguno ha añadido que van a conseguir también un buen número de senadores para la "Cámara Alta de senadores", de momento en la Cámara Alta solo hay senadores y ujieres. Estos políticos tampoco se alejan de los pleonasmos.

Hay que devolver el respeto y la dignidad al lenguaje, se está deteriorando a pasos agigantados. La lengua castellana y también la inglesa están sufriendo un rápido menoscabo, no tanto el idioma catalán, por el momento. Sería recomendable recuperar el latín, como principio de nuestras lenguas, trabajar más la gramática, como parte de la lingüística que estudia la estructura de las palabras y de las oraciones y, fomentar el respeto al conjunto de normas y reglas que de ella se derivan.

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