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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

La brecha de género: "Se hace camino al andar"

El 8 de marzo de 2018, Día Internacional de la Mujer, fue un hito muy relevante en el empoderamiento de las mujeres. Las manifestaciones y los paros del pasado viernes, después de un año reactivo del feminismo (sin apellidos) han sido una nueva eclosión de mujeres de toda edad y condición, exigiendo simplemente igualdad real de género, entre hombres y mujeres. El feminismo ha resurgido en apenas un lustro como uno de los grandes fenómenos sociales. Lo ha hecho con el impulso de movimientos como el #MeToo de Estados Unidos, el grito de "Ni una menos" de Argentina, o contra las decisiones judiciales del caso de "La(s) manada (s)"...

Tres ejemplos referidos a Balears: el 43,5% de los contratos de mujeres del pasado mes de febrero fueron temporales/precarios, mientras los correspondientes a los hombres no llegó al 20%. Durante 2018 sólo el 1,5% de los permisos por paternidad son utilizados por hombres. Sin pasar por alto que el 56% de los jóvenes defienden posiciones machistas. Suma y sigue. Precisamente en la última edición de Quaderns Gadeso (número 360), "Es manté la bretxa de gènere" (www.gadeso.org), se analizan y evalúan con detalle diversos inputs significativos en la vida laboral, en la vida familiar, en la conciliación entre vida familiar y laboral, y en la violencia de género. Reproduzco algunas de sus conclusiones son: La brecha salarial de género en nuestra comunidad continúa siendo elevada, a pesar de que sea más baja que la media estatal. Existe la percepción de que compatibilizar la vida familiar y la vida laboral es muy complicado, especialmente para las mujeres. La responsabilidad, el trabajo y las cargas familiares siguen recayendo en el sexo femenino. Sigue arraigada la división sexual del trabajo. Todavía se mantiene una percepción absolutamente machista de la violencia de género, la cual es tergiversada como violencia doméstica por sectores de la derecha más rancia.

Tales realidades se producen en unos momentos donde nacen y renacen movimientos y partidos políticos populistas, ubicados en la extrema derecha que sin complejos reivindica el regreso a las cavernas. Su máximo exponente es Vox, partido en crecimiento después de su éxito andaluz. Los Populares, Ciudadanos y Vox son compañeros de viaje. Y las tres fuerzas trifásicas compiten entre sí por el liderazgo de la derecha española, mostrando su patita radical en sus proclamas. Pero resulta que las mujeres representan el 51,3% del censo electoral. Y, dado que muchas de las reivindicaciones son transversales (véase presencia de mujeres de toda edad, clase y condición en las diversas manifestaciones), Ciudadanos crea el feminismo liberal; y los Populares optan por moderar sus diatribas (¡cosa que no siempre consiguen!) a la vez que avisaron a toda voz y platillo que no participarían (¡promesa cumplida!) en las manifestaciones del pasado 8 de marzo repletas de mujeres (y hombres) "radicales".

Reproduzco un significativo puzle donde se reflejan los pensamientos, actitudes y amenazas de aplicación en caso de victoria: que la familia natural (o sea, la heterosexual, un hombre, una mujer y sus hijos) es el pilar de la sociedad, "el lugar donde los niños van a criarse más seguros y con más capacidad de desarrollarse y amar" (sic). El aborto es un fracaso y una humillación para la mujer. Para erradicarlo es preciso dar a las mujeres con embarazos no deseados una "información real y clara de las consecuencias que se derivan con lo que es el síndrome posaborto y los problemas psicológicos" (sic). Para garantizar el futuro de la nación hay que fomentar la natalidad y la adopción (de niños blancos y genuinamente españoles). Que se derogue la ley de violencia de género a favor de una ley de violencia intrafamiliar que no prejuzgue el sexo del agresor. Que se eliminen las subvenciones a asociaciones feministas porque el dinero que reciben no beneficia a las mujeres. Que se defienda el bien general sobre los derechos de las minorías. Que "nuestra nación tiene una identidad propia, europea y cristiana, y tenemos la obligación de que el reemplazo generacional siga en esta línea" (sic). Suma y sigue.

Aunque sin duda se ha recorrido camino, mientras la brecha de género siga viva y coleando queda todavía camino que recorrer.

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