Hace ya varios años, sin duda demasiados, que venimos escuchando en boca de la presidenta Francina Armengol, que los ciudadanos de Balears tendríamos en un plazo breve de tiempo un Régimen Especial (REB) que acabaría de una vez por todas con las desventajas que supone la insularidad y nos situaría en una posición de igualdad frente al resto de ciudadanos españoles y europeos.

Sin embargo, el periplo que hemos vivido con este asunto no puede más que causar, a juicio del Partido Popular, estupefacción, desasosiego y tristeza tanto por la gestión realizada por la señora Armengol y su consellera de Hacienda, la señora Cladera, como por el resultado finalmente obtenido.

Y es que el desastre viene de lejos, concretamente del inicio de la legislatura, cuando la señora Armengol en una decisión absolutamente incomprensible, irresponsable y sin precedentes en la historia, optó por exigir al Gobierno del señor Rajoy la paralización inmediata de una reforma del REB, aprobada el 30 de abril de 2015 en Consejo de Ministros, por la cual se introducía por primera vez un régimen fiscal propio, que se traducía en reducciones de impuestos para las empresas ubicadas en Balears por un importe estimado de 190 millones de euros anuales.

El falaz argumento que utilizó la señora Armengol en 2015 fue que la reforma era totalmente insuficiente y que con ella en el gobierno autonómico se conseguiría un REB muchísimo mejor. Parece obvio, sin embargo, que las razones que realmente motivaron el prepotente rechazo fueron tumbar un REB que claramente beneficiaba a nuestras islas, pero que había sido aprobado por el Partido Popular. Una primera oportunidad perdida.

Tras el rechazo de 2015, la señora Armengol inició en Balears la época del victimismo y del "Madrid nos mata". Una estrategia política que consistía en hacer planteamientos de máximos en los que se exigían con vehemencia cientos de millones de euros -por ejemplo, los 400 millones de euros que como mínimo debían incorporarse al famoso fondo de inversiones del futuro REB- con el único objetivo de obtener un "No" como respuesta y evidenciar el terrible maltrato que propinaba desde Madrid el Gobierno del Partido Popular.

Sin embargo, se produjo un hecho inesperado por la señora Armengol. En Madrid había un Gobierno dispuesto a negociar y en Balears una sociedad civil y unos partidos políticos dispuestos a ayudar para que se llegase al mejor acuerdo posible para los ciudadanos.

Con la ayuda de todos, se alcanzaban acuerdos en el primer trimestre de 2018. Era la época en la que la consellera Cladera detectaba avances significativos y la señora Armengol se hacía fotos sonriente con el ministro Montoro.

Tal fue el avance, que el Partido Popular de Balears y yo como presidente tenemos constancia escrita de que en marzo de 2018 estaba redactado el proyecto de ley que incluía un régimen fiscal propio para Balears, ampliado respecto a 2015 y con importantes rebajas de impuestos para empresas de Balears. Además, estaba redactado también un fondo de inversiones con una dotación inicial de 90 millones de euros anuales para un período de ocho años prorrogables y las bonificaciones del 75% en el trasporte aéreo y marítimo de pasajeros tanto interislas como con la Península, que afortunadamente se habían incluido con carácter indefinido en las leyes de presupuestos de 2017 y 2018 del Gobierno Rajoy, a las que el PSOE y sus socios votaron en contra. Con todo, el impacto estimado de estas medidas alcanzaba los 380 millones de euros.

Sin embargo, la señora Armengol pretendía seguir explotando hasta la saciedad su política victimista y consideraba inconcebible que nuevamente un gobierno del Partido Popular aprobase un REB en beneficio de los ciudadanos de Balears. Por ello, se retrasaban, cuando no paralizaban, las negociaciones y se vetaba desde Balears un acuerdo que podría haberse logrado perfectamente en el mes de marzo 2018. Una segunda oportunidad perdida.

Y cuando llegó el señor Sánchez a la Moncloa se nos anunció desde Balears que se lograría un REB muchísimo mejor que el planteado por Rajoy y Montoro. El victimismo y el "Madrid nos mata" se transformó primero en comprensión con el recién llegado, para pasar después a una vergonzante justificación del ninguneo de la ministra Montero y el señor Sánchez a los ciudadanos de Balears.

Se prometía que el REB llegaría en noviembre, antes del 1 de enero 2019 y ya últimamente, que llegaría más pronto que tarde, a la mayor brevedad posible o que era inminente, pero a medida que transcurría el tiempo, se evidenciaba el engaño masivo que se estaba cocinando.

Desde el ministerio de la señora Montero se había vetado desde el primer momento un REB que ya estaba finalizado en marzo de 2018 y se daba por hecho que se dejaría "tirados" a los ciudadanos de Balears, al tiempo que las señoras Armengol y Cladera bajaban la cabeza y continuaban justificando el ninguneo.

Pero la obligada convocatoria de elecciones generales lo cambió todo. Se tenía que aprobar algo, lo que fuese, con rapidez, pues en caso contrario el señor Sánchez y sus ministros no podrían ni acercarse a Balears.

Deprisa y corriendo se redactó un decreto ley de Régimen Especial de Balears bajo una única premisa; que no se adquiriese absolutamente ningún compromiso firme con los ciudadanos y las empresas de Balears.

De este modo, se redactó un texto normativo en el que las palabras más repetidas son "fomentará", "impulsará", "promoverá", "nombraremos una comisión", "podrá" o "disponibilidad presupuestaria". Un texto en el que el régimen fiscal propio para Balears que teníamos cerrado en marzo 2018 no aparece por ningún sitio -se relega a un simple anteproyecto de ley- y el fondo de inversiones de 90 millones iniciales a ocho años se queda en un "factor" cuya dotación inicial es 0 euros a cinco años, pendientes de la negociación en una comisión de una metodología para la fijación de la cuantía.

Por tanto, el resultado de siete meses de negociaciones entre la señora Armengol y el señor Sánchez ha sido la nada, un texto sin contenido real, absolutamente insustancial e intrascendente. Ni régimen fiscal, ni fondo de inversiones, ni compensaciones adicionales a las que ya tenían ciudadanos y sectores productivos.

Nos dirán que se "blinda" el 75% de descuento, pero mienten, el descuento ya estaba blindado en las leyes de Presupuestos 2017 y 2018 del Partido Popular. Nos dirán que hay bonificaciones al transporte de mercaderías, pero mienten, los mismos porcentajes se contemplan en la ley de Presupuestos 2017. Nos dirán, en fin, que la fecha de la aprobación del REB fue un día histórico, pero lo único que ha sido histórico es la desilusión, frustración y tristeza de los ciudadanos y empresas de Balears al ver esta nueva oportunidad perdida.

* Presidente del PP balear