Hemos vivido unos años muy difíciles durante la gran crisis económica que se ha extendido desde 2008 hasta 2014, y peor aún a partir de la reforma laboral de 2012. Sin embargo, aunque según los grandes datos macroeconómicos, esta crisis ya está superada y crecemos a buen ritmo, hay una parte de la población que sigue inmersa en una continua lucha, no solo por vivir, sino en muchos casos por sobrevivir. Esta parte de la población está representada por las mujeres; y si al hecho de ser mujer le añadimos la precariedad laboral y la discriminación que padecen muchas de ellas, entonces en muchos casos, están condenadas a sufrir la pobreza y la desigualdad el resto de sus vidas.

Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la encuesta de estructura salarial de 2016 (la última publicada), las mujeres ganan 3.584,25€ menos que los hombres de media al año y, a pesar de haber recortado algo esa diferencia -ya que en 2008, las mujeres ganaban 4.099,95 € menos- todavía sigue siendo una diferencia importante por realizar el mismo trabajo. Además, esto se traduce en que las mujeres en Baleares deberían trabajar 56 días más para igualar su salario al de los hombres. ¡Las mujeres deberían trabajar casi 14 meses para ganar lo mismo que los hombres en 12!

La verdad es que estos datos no se pueden entender si partimos del presupuesto que en España, por ley, un hombre y una mujer deben ganar el mismo salario si realizan el mismo trabajo. Entonces, ¿de dónde salen los datos que publica el INE, si la ley prohíbe que haya salarios diferentes para hombres y mujeres cuando realizan el mismo trabajo? La respuesta la obtenemos si nos fijamos en los tipos de contratos que mayoritariamente firman las mujeres.

Las mujeres firman más contratos temporales que los hombres; éstas han firmado un 13% más de contratos temporales que los hombres durante 2018 (según datos de Ibestat), lo que no permite adquirir antigüedad en las empresas y, por tanto, no alcanzar a cobrar el complemento salarial al que da derecho el llevar un mínimo de tiempo trabajando. Y como trabajan menos tiempo porque son las que firman contratos de menor duración que los hombres, ganan menos salario. Además, las mujeres también firman más contratos de trabajo a jornada parcial, tanto si hablamos de contratos indefinidos como de contratos temporales, y suponen el 37,16% del total de contratos que firman las mujeres frente al 26,34% de contratos a jornada parcial que firman los hombres. Pero no solo ganan menos al trabajar menos horas, sino que también hay que tener en cuenta que las horas se pagan a un precio diferente si tienes un contrato parcial indefinido o un contrato parcial temporal. En un contrato indefinido a jornada parcial las mujeres ganan 13,85 € por hora frente a los 15,62 € de los hombres y en un contrato temporal ganan 11,26 € las mujeres y los hombres 11,56 €.

Por tanto, no solo tenemos peores contratos al tener más contratos temporales y a jornada parcial como indican los datos, sino que en los contratos indefinidos a jornada parcial -que firman más mujeres que hombres- hay una diferencia de 2 € por hora de trabajo que contribuye a mantener la brecha salarial que existe entre ambos. Con todo esto, creo que ya es hora de acabar con todas las desigualdades que sufrimos las mujeres en el mundo laboral por el hecho de ser mujeres. Nos merecemos ganar el mismo salario y tener las mismas oportunidades que los hombres a la hora de poder firmar un contrato indefinido y a jornada completa. No nos sirve la excusa de la maternidad, del cuidado de la familia y de la casa para tener contratos de corta duración y jornada reducida, ya que es una tarea que se tiene que realizar entre todos los miembros de la unidad familiar.

Es el momento de compartir responsabilidades para que las mujeres puedan acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones y que se valore su trabajo de la misma manera y, así, hombres y mujeres ganen el mismo salario si realizan el mismo trabajo. Por ello hay que seguir reivindicando el 8 de marzo porque hombres y mujeres somos iguales y no podemos aceptar ninguna discriminación.

*Secretaria de Empleo y Formación de CCOO Illes Balears