El PP está procesado por contratar desde el Govern a dedo a su jefe de campaña, y Més está absuelto por contratar desde el Govern a dedo a su jefe de campaña. Opera el mismo mecanismo por el que dos pacientes entran en un hospital con idéntica dolencia. Uno se cura y el otro sale muerto, el factor humano. A partir de aquí, los ecosoberanistas se encelan en que el caso contratos no es corrupción y en que hay que pedirles perdón, de nuevo igualito que el PP. Los casos Túnel de Sóller y Calvià II de Cañellas; Bitel, Mapau, Rasputín, palacete y Son Espases/Florentino de Matas; vinoteca y farmacia de Bauzá resultaron absueltos o archivados. Las hemerotecas confirman que Més siempre los ha abordado como ejemplos corruptos. Ítem más, los escándalos enumerados han jugado un papel reseñable para que Més accediera por tres veces al poder, tras desalojar a Cañellas, Matas y Bauzá. Y el partido ecosoberanista se empleó a fondo para que tuvieran el máximo eco mediático.
¿Considera Més ahora que es aceptable pagar las prostitutas de los políticos con fondos públicos? El caso contratos es un repugnante escándalo de corrupción de Més, que resultaría indiferente en otros partidos pero letal para la marca de izquierdas que acusó ejemplarmente en el Mapau archivado. Més reconoció la gravedad de los contratos, al pedir perdón y adoptar medidas quirúrgicas. Cuando Més se cure de su repentino fervor por los jueces españoles, que le permitirá aplaudir las condenas de los jueces españoles a los presos políticos catalanes, volverá a reconocer por sus denuncias anteriores que la corrupción siempre sale absuelta. La condena es una excepción. De hecho, prefiero que los asuntos de que informo no sean manoseados por jueces y fiscales acobardados. Y no, Bel Busquets, el marcador judicial de la corrupción de Més no está a cero. Pilar Carbonell se sentará en el banquillo por su papel en una conselleria de Més.
