Me piden unas reflexiones sobre el Día de la Mujer, a mí que nunca he sido feminista "beligerante" (en lo que de rompedor tiene el término). Quizá porque tuve la suerte, durante mi etapa de iniciación en la política en la UCD de Adolfo Suárez, de integrar un equipo de coordinación regional, de dos mujeres y cinco hombres en el que jamás hubo discriminación.

Aunque puedo decir, sin embargo, que he sido siempre feminista "racional": No me cabe en la cabeza que un análisis profundo, racional y reflexivo pueda concluir asumiendo el mantenimiento de privilegios del hombre sobre la mujer.

Pero es verdad que, a veces, no basta con ver los problemas con claridad, hay que ponerlos en primer plano y denunciarlos, para que su carácter aberrante destaque y se aborde su corrección. Mi agradecimiento, por tanto, a cuantas lo han hecho.

Hoy me uno yo también a esa denuncia y al intento de corregirlo, pero lo hago desde la moderación, desde la serena llamada al trabajo conjunto, llamada no hiriente hecha desde el respeto al hombre, para superar carencias lamentables que sufrieron injustamente las mujeres durante tanto tiempo.

Creo que no se trata de vencer sino de convencer.

Si antes se aceptaba la afirmación, de marcado tinte machista, de que "detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer", hoy se puede decir que "detrás de toda gran mujer hay siempre un ser humano de cualquier género" que la apoya en la tarea de perseguir la igualdad y la justicia.

Por todo ello comparto y siento la necesidad de acabar con la brecha salarial, muestra evidente del desequilibrio y soy optimista, pues se ha avanzado y avanzará mucho más; como se ha avanzado y seguirá avanzando en la asunción de las más diversas responsabilidades profesionales en las que la mujer ha eliminado ya su inferioridad numérica de antaño: judicatura, medicina, enseñanza?

Sigue sobresaliendo todavía la inferioridad de la proporción de mujeres en los consejos de administración. ¡Cuán difícil es y cuán miserable la resistencia a erradicar situaciones que todos entienden injustas! Responde a inercias que encuentran sus raíces en lo más bajo y arcaico del ser humano. De ahí su dificultad.

Este largo recorrido es motivo de orgullo para las mujeres y para los hombres que las acompañaron en esta empresa desde el principio. Orgullo que comparto y me congratulo de que seamos cada día más, hombres y mujeres, seres racionales, los que asumamos con absoluta nitidez esta realidad que el día 8 de Marzo se celebra "por mil motivos".