—Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Se llevó algún porrazo de la Policía en el desahucio?"

—Dos, en la cabeza y en la pierna. No tuve tiempo de hacer un parte, como otros compañeros que han puesto el caso en manos de un abogado.

—No me imaginaba que fueran ustedes violentos.

—Ostras, nosotros no pegamos a nadie, ni derribamos puertas. La Policía Nacional está decidida a dar una lección a los antidesahucios. No intervienen para proteger a la comisión judicial, sino para impedir la legítima protesta. Llegan una hora antes para ocupar nuestro espacio.

—¿Los psicólogos serían más útiles que las porras?

—Con según qué psicólogo, sería peor el remedio que la enfermedad. No cuestionamos la forma, sino la ilegalidad y las subidas de alquileres.

—¿Dónde está Podemos en los desahucios?

—Con todo el respeto a sus militantes y a algún cargo aislado, no está en los desahucios ni está desaparecido. Por desgracia, Podemos está del lado de los desahuciadores en muchos casos. Sobre todo, por sus responsabilidades en la Administración.

—Hay quien deja de pagar el alquiler para no privarse de otras cosas.

—El que diga eso vive en otro planeta. La gente deja de pagar cuando no tiene más remedio, o cuando la engañan y la inducen a no pagar para desahuciarla más rápidamente que en un fin de contrato.

—¿Cómo se atreve a discrepar de mí?

—Primero, porque es una norma de comportamiento y una necesidad democrática. Ha quedado muy pretencioso, borra lo de "necesidad democrática".

—No me diga lo que tengo que borrar.

—No me dejas autocensurarme. En un desahucio dijiste "aunque fuera legal", y diste por bueno o procedente un desalojo con 21 meses de acoso inmobiliario. Cometiste un error, aunque lo hicieras con buena fe.

—¿Siempre ha sido usted tan problemático?

—Esta pregunta es una provocación. No me considero problemático, pero no dejo los problemas de lado.

—Ayer se desahuciaba a hipotecados, hoy a inquilinos.

—La mayoría son ahora de inquilinos y de okupas por necesidad, pero nos tememos que vuelvan a repuntar los desahucios por hipotecas. No es una historia acabada.

—¿Qué es un 'okupa sin necesidad'?

—Son pocos, y se les da demasiada importancia. Son gente desestructurada o alienada, con problemas tan graves que son incapaces de convivir o integrarse en la sociedad.

—Señalan ustedes a un juzgado muy desahuciador.

—Lo hemos dicho, el Juzgado de Primera Instancia número 13. No respondió a la solicitud de aplazamiento de un señor de más de ochenta años con cardiopatías graves. No aplazó el desahucio de una madre con un hijo con un 85 por ciento de discapacidad.

—¿Qué banco desahucia con más ganas?

—Cuando no hay testigos, todos los bancos son iguales. Algunos solo son sensibles a salir derrotados públicamente, a que se vea que no pueden hacer lo que quieren hacer. A otros les afecta la reputación, y llegan a acuerdos a cambio de que su nombre no salga.

—¿Han intentado comprarle?

—No, pero un banco nos amenazó con dejar de negociar con nosotros si dábamos su nombre. Les respondí que difundiríamos esta coacción si ponían pegas.

—¿Ha visto alguna vez un fondo buitre?

—¿Como te veo a ti ahora? No los he visto, pero he tratado con ellos. Todo desahuciador es un salvaje, pero ellos se pintan más duros de lo que son.

—¿Los buitres tienen su corazoncito?

—No lo tienen, pero tampoco pueden hacer todas las barrabasadas que querrían.

—¿Está hipotecado?

—No, hasta finales de noviembre tenía alquilada una habitación por 250 euros. Perdí el trabajo y me ofrecieron una habitación en que contribuyo a los gastos.

—¿El alcalde Noguera es un mártir?

—Espero que la patronal de alquiler turístico Fevitur no se salga con la suya, pero que esto tampoco sirva para hacer un mártir de un alcalde tan desahuciador que no se ha reunido con Stop Desahucios en toda la legislatura. Han acabado con menos viviendas de alquiler social que al principio de su mandato.

—El propietario tiene derecho a recuperar su vivienda.

—Jurídicamente, sí, pero el propietario no debería tener derecho a dejar casas vacías para especular, ni a enriquecerse con alquileres carísimos. La vivienda nunca debería ser un negocio.