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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El pacto suspira por Rajoy

La política española ha legalizado el divorcio. La pareja de toda la vida ha evolucionado hacia un desenfreno donde ninguna fidelidad está garantizada. A nuestra escala provinciana, el libertinaje ideológico se traduce esta semana en un Parlament enloquecido. Més se une al PP y Ciudadanos en una proposición victoriosa contra el PSOE de Armengol, en exigencia de que Sánchez retire sus Presupuestos atentatorios con Balears. Sin levantarse de los escaños, el PP se desmarca de Ciudadanos y del nasciturus Vox para votar junto al PSOE, y de nuevo junto a Més, una iniciativa que prohíbe aliarse con partidos misóginos. El precedente andaluz no importa, y los populares pactarán un Govern con la otra ultraderecha a la primera oportunidad. La clave es el adulterio.

En esta orgía de proposiciones sin la mínima repercusión en Balears, los socialistas han perdido capacidad de maniobra desde el pasado mes de junio. El Pacto de Progreso suspira por Rajoy, el hombre unidimensonal que invitaba a ejercer una oposición frontal. Sánchez introdujo los matices, y el PSOE local no ha aprendido a desmarcarse de su líder sin traicionarlo. Armengol debió capitanear la lucha contra los Presupuestos, del mismo modo que sus hermanos de la muy favorecida Extremadura celebraron el regalo de La Moncloa castigando al presidente del Gobierno con la exigencia de un nuevo 155 en Cataluña.

La izquierda hubiera llegado en mejores condiciones a los comicios de mayo, de haber contado con el recurso de aporrear a Rajoy. El Consolat se tambalea desde la pérdida de La Moncloa, difícilmente Més podía endosar incluso oblicuamente unos Presupuestos insultantes. Tampoco ayuda la insistencia socialista en explicar que las cuentas del Estado son beneficiosas para el conjunto de los españoles, aunque castiguen a los mallorquines. Pagar mucho más que otros para obtener mucho menos garantiza el divorcio electoral.

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