Diario de Mallorca

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Con motivo de la celebración del Día mundial contra el cáncer, el presidente de la asociación que lucha contra esa enfermedad en el archipiélago, el doctor Javier Cortés -hijo de un ilustre y añorado periodista-, concedió a este diario unas declaraciones que, a primera vista, sorprenden: la principal razón, a juicio del doctor Cortés, que lleva a tener un cáncer es que no te mueras antes de otra cosa. Lo contundente de esa afirmación coincide por completo con una noticia que oí hace poco por la radio: la mitad de las personas que nacen ahora, ya sean mujeres o varones, padecerá un cáncer. Eso no significa que se espere un aumento en la incidencia de los tumores; refleja tan solo que, como la esperanza de vida crece, también lo hace la probabilidad de que a la larga aparezca la enfermedad. Como dice el doctor Cortés, si viviésemos lo que, por la naturaleza de nuestra especie, nos corresponde, todas las mujeres acabarían teniendo cáncer de mama y los hombres de próstata, aunque sería a una edad tan avanzada que nos moriríamos por otras razones.

El cáncer no es ya la sentencia de muerte que fue hace unas pocas décadas, cuando la vida media ya era larga pero la medicina no había progresado aún lo que lo bastante en el campo del combate contra los tumores. Una de las primeras consecuencias, en términos divulgativos, de esos progresos es que sabemos que no cabe hablar de "cáncer" en general. Otra que, aun cuando se van conociendo gracias a la investigación médica algunos de principales los factores que intervienen a la hora de desarrollar un tumor, se ignora todavía cuáles son los mecanismos digamos directos que llevan a que la enfermedad aparezca en un determinado momento. Más allá de la tendencia general que liga la probabilidad de aparición a la longevidad -el 100% de los varones que alcanza los cien años de edad tiene un cáncer de próstata-, están por descubrir los factores desencadentes. Lo que obliga a tener que multiplicar la prevención como método mejor no para evitar pero al menos para retrasar un posible cáncer.

Hay principios a los que ya nos hemos acostumbrado. El de limitar los excesos de exposición a los rayos solares, en especial en verano, porque sabemos el riesgo que corremos de que nos aparezca un carcinoma basocelular o, peor aún, un melanoma. Pero el doctor Cortés advierte de la necesidad de aplicar el sentido común evitando los excesos tanto por un lado como por el otro porque los rayos ultravioletas tienen también su efecto beneficioso. Al cabo, no hemos inventado nada que don Quijote no supiese ya al transmitir sus consejos a Sancho Panza. Si queremos vivir lo suficiente para que aparezca el tumor inevitable, más vale que sigamos los principios de la vida sana en cuanto a ejercicio, dieta y lucha contra el tabaco. Del resto se encargarán quienes investigan tumores tan tremendos como son, hoy por hoy, los del cerebro o el páncreas.

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