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María Amengual

Más iguales que otros

"No era eso lo que habían querido al ponerse a trabajar, hacía años, por el derrocamiento de la raza humana. No eran esas escenas de terror y masacre lo que buscaban la noche en que el Viejo Comandante les había incitado a la rebelión. Si hubiera tenido una imagen del futuro, habría sido la de una sociedad de animales liberados del hambre y el látigo, todos iguales, cada uno trabajando de acuerdo a su capacidad, los fuertes protegiendo a los débiles". George Orwell ya describió el sentimiento de frustración de los hombres buenos -la cara de tonto que se te queda- cuando el cambio por el que lucharon resulta ser más de lo mismo. Fue en 1945, en Rebelión en la granja.

Podemos ha iniciado la senda hacia convertirse en Izquierda Unida. Es así desde que Pablo Iglesias ganó Vistalegre II. Su otrora amigo, Íñigo Errejón, proponía una estrategia muy distinta: una formación mucho más transversal, capaz de recoger las distintas sensibilidades, después del 15M. Podemos hizo un gran diagnóstico de los principales problemas del país a raíz de la crisis económica. La cuestión eran las soluciones. Afortunadamente, no es tan fácil dinamitarlo todo para construir una supuesta Arcadia feliz. En febrero de 2017, Podemos decidió ser IU. Tal vez esa fuera la preferencia de la mayoría de sus inscritos. Mucho más discutible es que coincida con la de sus votantes.

El día en el que Iglesias perdió la credibilidad que le quedaba fue el de la bochornosa consulta sobre si la compra de un chalé de 600 mil boniatos le inhabilitaba a él y Irene Montero para seguir defendiendo el interés de los trabajadores. Como si eso tuviera que preguntarse. Me imagino a Tania Sánchez contestando. Me imagino a las mujeres con quienes me encuentro cada mañana en el autobús a las 6.20 comentando el sueño que tienen y el cansancio acumulado de la semana cuestionándose si, de verdad, era de recibo. O a un señor de Vallecas que no puede poner la calefacción en invierno. Hay que ver lo fácil que era convertirse en Casta. Y lo difícil que sería pagar esa hipoteca sin los sueldos de diputados.

Resulta que es muy importante conocer la opinión de los inscritos sobre la compra del chalé. Pero no lo es tanto sobre si se deben apoyar los Presupuestos Generales del Estado. La vida siempre ha sido cuestión de prioridades. Todo lo que ocurra después de eso no deja de ser la caída inexorable de quien ha traicionado sus principios. Eso de tengo otros era del otro Marx. Conviene, aunque sea por prudencia, disimular.

Desconozco qué ocurrirá con Errejón, Espinar o Carmena. Que, según algunos autoproclamados feministas, han aprovechado la baja por paternidad del macho alfa para dinamitar Podemos, ya que sin él es imposible resolver conflictos. Barrunto que las lides actuales pasarán a la historia como un capítulo más de la asombrosa facilidad con que la izquierda mantiene luchas intestinas. Que habrá que ver ahora si se extienden a la derecha, con la aparición de nuevos partidos. Lo de José Ramón Bauzá y el PP la pasada semana parece un buen aperitivo. Lo que resulta más desolador es la cantidad de votantes huérfanos que dejan quienes un día prometieron defenderlos. No en vano, la Granja orwelliana reduce, después de la revolución, sus diez mandamientos iniciales a uno solo: 'Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros".

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