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Mercè  Marrero

La suerte de besar

Mercè Marrero Fuster

Gracias, calcetines, por tanto

Tras las Navidades, le llega el turno a los métodos. Variopintos y para todos los gustos. El infalible para adelgazar en siete días, el definitivo para ahorrar y no desfallecer en la cuesta de enero o el eficaz para hablar inglés, dejar de fumar y lograr unas nalgas prietas al mismo tiempo. Ahora bien, el método del momento ha llegado a Netflix. Desde la plataforma de moda, la inigualable Marie Kondo enseña a ordenar las casas y, de paso, las vidas.

Kondo es organizada, casi obsesiva y lista. De pequeña, y mientras la mayoría de niños miraba dibujos animados, invertía su tiempo acicalando su habitación. Cuando acababa con ella, comenzaba con la de sus hermanos. Su eficacia y disciplina fueron premiadas con reconocimientos del claustro de profesores. A partir de ahí, el éxito. Abrió una consultora para asesorar sobre cómo ordenar, después llegaron las charlas, luego los libros y más tarde, sus vídeos en Youtube se hicieron virales. En 2015, la revista Time la incluyó en su lista de mujeres más influyentes y ahora protagoniza su propia serie en Netflix. El argumento es sencillo. Sonreír mucho, entrar en una casa caótica, elegir qué es innecesario, esparcir alegría, despedirse de lo que ya no transmite buena energía, llorar un poco, ordenar lo esencial y, durante el proceso, facilitar la transmutación emocional de los moradores. Fin.

Kondo ha encontrado la gallina de los huevos de oro en cada cajón, estantería, ropero y nevera. Cada espacio es una oportunidad para lograr el bienestar emocional. Jorge Bucay nos leía cuentos y ella nos hace trabajar. Solo podemos tener 30 libros, una vajilla que nos transmita alegría, doblar la ropa en vertical y debemos desprendernos de lo que no nos hace felices. El quid de la cuestión está en el cómo sabemos que algo debe pasar a mejor vida y en el cómo le decimos adiós. Sentir la energía del objeto y actuar en consecuencia. Tirar los calcetines mullidos de los 80, o la camiseta raída de The Cure directamente al cubo de la basura no basta. Debemos agradecerles el tiempo y las experiencias compartidas. En el fondo, creo que Kondo nos da pautas para dejar a nuestra pareja. O para abandonar un grupo de WhatsApp con elegancia.

? Con Kondo o sin ella, hay que reconocer que compramos y consumimos por encima de nuestra capacidad para almacenar. Los europeos tiramos a la basura casi 90 toneladas de comida al año y seguro que en nuestro armario guardamos prendas y pares de zapatos que han pasado de moda sin que apenas los hayamos usado. Compramos un móvil sin esperar a que se estropee el antiguo, guardamos cachivaches inútiles, somos incapaces de tirar las facturas de electricidad de hace una década y somos carne de cañón para los expertos de la compra por impulso y las ofertas 2x1. Pensamos que si queremos ser alguien hay que tener mucho y cuando nos damos cuenta de que la felicidad está en otro lado (no sé exactamente dónde, pero no en un par de pantalones), necesitamos a alguien como Marie Kondo. Alguien que, con educación, sutileza y mensajes de autoayuda nos recuerde que lo importante está en la esencia. Y, mientras lo aprendemos en la tele, le damos las gracias a nuestros calcetines por habernos dado tanto. Cosas del siglo XXI.

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