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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Muchos de años, Antoni Noguera

La salutación en castellano del alcalde a los ciudadanos por Sant Sebastià, tan plagada de faltas que la han tenido que retirar de internet, es un colofón más bien triste para este mandato

El ayuntamiento de Palma ha tenido que retirar esta semana la versión en castellano del programa de fiestas de Sant Sebastià porque estaba tan llena de faltas que daba vergüenza. Desde la salutación del primer edil y la concejala de fiestas, Eva Frade de Podemos, era un despropósito de giros literales sin sentido, incoherencias y errores ortográficos de todo tipo. Podía encontrarse solo en soporte digital, pues la publicada en papel es la versión en catalán. Se tradujo de cualquier manera a la lengua de Cervantes, y de muchos ciudadanos que se echarán a la calle a torrar este fin de semana, y presumiblemente se usó para ello alguna herramienta informática de poca monta. Ya se ha dicho y se ratifica que al consistorio progresista no se le da nada bien la tecnología: ni las barredoras mecánicas que mantienen la urbe sucia como nunca, ni los traductores automáticos que hacen al alcalde ecosoberanista Antoni Noguera desearle al sufrido contribuyente: "¡Muchos de años y felices fiestas de Sant Sebastià!" Se ve que la pléyade de asesores, directores generales y demás adjuntos a las poltronas del tripartito no se encontraban disponibles para hacerle un apaño rápido a un texto facilón y plagado de lugares comunes, y ahorrarle el bochorno al jefe. Y, claro, se recurrió a internet. No sé que piensa Noguera de que su cara ilustre semejante desaguisado en el año en que despide una legislatura compartida y pedirá la confianza para afrontar una segunda a tiempo completo. El cutrerío, la dejadez, la alergia a la excelencia. Las fiestas del patrón de esta capital se celebran una vez al año. No debe ser tan difícil prepararlas con algo de cariño.

O, mejor aún, dejar de manosearlas. El afán por poner el sello personal en los festejos nos ha conducido a una escalada de ocurrencias que está convirtiendo Sant Sebastià en un pastiche. Multidisciplinar, lo llaman, y es para echarse a temblar. Entre la masiva apoteosis pirotécnica del aiguafoc del desterrado regidor del PP José María Rodríguez ,y los veinte palmesanos disfrutando de un mimo en el despacho del alcalde el otro día debería haber un término medio. Necesitamos un voto de confianza hacia las actividades realmente populares, que congregan a un apreciable número de personas en la calle para pasarlo bien. Hay un momento para el microteatro, muchísimos en realidad a lo largo del año, y otro para torrar junto a los vecinos, con música de este siglo y distracciones al aire libre. No lo ha entendido así este gobierno, que se empeña en propinar a la ciudadanía actividades alternativas, y dedicarles una parte nada desdeñable de su presupuesto. Ahí están los números: 16.428 euros para la Zona Restringida (espectáculos de pequeño formato), 5.998 para la actividad Veïns i Veïnes d'aquí i d'allà, L'islam per descobrir, y solo 3.089 euros para la Diada de Ball de Bot o 19.504 euros para el paupérrimo Sant Sebastià Petit que el domingo pasado congregó a miles de personas en el Parc de sa Riera. Había tan pocas actividades que los pequeños gastaron la mayor parte del tiempo haciendo cola para el hinchable o el pinta caras, o apiñados ante los escenarios. Una oportunidad desaprovechada para que los niños de Palma pasaran un día inolvidable.

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