Es una realidad constatada que en España, país de raíces católicas, la religiosidad está en declive. Según el centro de estudios Pew Research Center, que ha realizado 54.000 consultas a europeos de 34 países entre 2015 y 2017, España es el tercer país con un mayor abandono del cristianismo de Europa. Según el estudio "Laicismo en cifras 2017", de la Fundación Ferrer i Guàrdia, los jóvenes que no creen en Dios ni practican ninguna religión llegaron en el 2017 al 53,5%, superando por primera vez a los que sí creen; y en cuanto al conjunto de la población, uno de cada cuatro españoles no es religioso. ¿Y en nuestra comunidad, Balears? La tónica es la misma, pero con síntomas de mayor relevancia.
Desde el 2007 la Fundació Gadeso investiga periódicamente la evolución de la religiosidad en Balears. En el número 355 de Quaderns Gadeso (gadeso.org) se analizan los resultados correspondientes a 2018. Una tercera parte, índice en aumento, se declara "no creyente", mayoritariamente los jóvenes (46%) en especial en su especificación de "agnósticos" y/o "no interesados". Del total de los creyentes, un 79% se declaran católicos (un 48,9% de la población), aumentan los que se autodeclaran musulmanes (11,8%) y protestantes (7,2%) especialmente evangelistas. A partir de tales resultados, profundizamos en las creencias, comportamientos y opiniones, de los que se declaran católicos; como tema de máximo interés por su todavía relevancia cuantitativa. Del total de los que se consideran católicos, sólo un 20% se declara practicante en sentido amplio. Pero las personas que cumplen con el deber de asistir a misa y Festivos se reducen a un 7,2% de la población que se traduce que en torno a 75.000 personas en edad adecuada. La crisis de la Iglesia católica en Balears es patente, que se supone les ocupa y preocupa en la línea de reflexión del Papa Francisco.
Hay un fuerte desapego en las opiniones de los que se declaran católicos, incluidos los practicantes, frente a las propias de la jerarquía católicas. Un 99% se muestra a favor del divorcio; un 84% (en aumento) de convivir en pareja sin estar casados canónicamente; un 73% a favor de la interrupción voluntaria del embarazo (la ley vigente); un 65% acepta el matrimonio homosexual, y suma y sigue tal como se concreta en la publicación Q. G. Tales opiniones reflejan el desajuste de buena parte de católicos de encajar determinados criterios morales de la Iglesia que en su caso pueden obligar a sus fieles; pero que, en una sociedad plural y secularizada, no pueden obligar a todos y cada uno de los ciudadanos.
La investigación continúa evaluando la opinión de los declarados católicos respeto al Papa Francisco. Su valoración es positiva (54%) por su talante y mensajes, pero en claro retroceso por su escasa repercusión en la vida real de la Iglesia. Se percibe (73%) una gran resistencia por parte de la curia vaticana a una reforma profunda; y a un cierto frontismo (77%) por de una parte significativa de la Jerarquía. Según la opinión constatada, un 98% opina que se debería actuar de modo decidido en los casos de pederastia; un 85% considera urgente redefinir el papel de la Iglesia católica en la sociedad actual; un 57% piensa que se debe ampliar el rol de la mujer en la Iglesia; un 54% cree que hay que abordar los temas relacionados con la financiación de la Iglesia; y un 53% reformar en profundidad la curia romana. Suma y sigue. Y sólo un 12% considera positivo el concordato vigente España/Vaticano; y únicamente un 11% considera adecuado el sistema de financiación de la Iglesia española.
En España, que según la Constitución es un estado aconfesional, el debate religioso sigue abierto. Es un hecho constatable que existen colectivos católicos, que sin dejar de considerarse como tales no comulgan con parte de su jerarquía. Si la iglesia católica, especialmente la española, quiere abrirse a la sociedad actual y real, sin negar ninguno de sus principios evangélicos, deberá revisar algunos de sus planteamientos y actitudes, que no sólo son excesivamente conservadoras, sino incluso con algunos tics fundamentalistas. En contrapartida un 87% tiene una opinión positiva de Cáritas, ONG católica.
