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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Denuncia a tu hermano

Terminó 2018 con los magistrados de la Audiencia de Navarra rechazando por dos votos contra uno que los cinco miembros de La Manada (los violadores en grupo de una joven en los sanfermines de 2016) ingresen en prisión para cumplir la pena ridícula de nueve años que les impusieron porque es mejor esperar a que se resuelvan los recursos. Así que 2019 solo podía empezar de esta manera: con una violación en grupo a una chica de 19 años en Alicante. Cuatro hombres de entre 19 y 24 años drogaron a su víctima durante una fiesta de Nochevieja en Benidorm y luego se la llevaron a un lugar apartado donde la sometieron a toda clase de aberraciones. Como también grabaron su proeza en vídeo, se aprecia que la pobre muchacha se resistió como pudo, a mordiscos y patadas, al ataque de la ya denominada Manada de Alicante. He ahí el modelo que cunde, debe ser eso lo que se entiende por la labor ejemplarizante de la justicia. Cualquier grupo de descerebrados puede creerse que delinquirá y se irá de rositas. Jueces, abogados, políticos? estamos solas. Pero no tan solas. Quien denunció a la policía que en el sótano de su casa cuatro energúmenos estaban agrediendo a una chica, porque se los encontró en pleno ataque, fue la hermana de uno de ellos. Esa hermana es mi hermana, y mi ídola. No debe ser fácil coger el teléfono y mandar a la sangre de tu sangre a la cárcel. Arruinarle la vida, aunque se lo haya buscado. Cabe imaginarse la presión que estará soportando de su familia, y de la familia del resto de depredadores sexuales. Esa hermana que se pone del lado de la víctima le da una lección a los jueces de la Manada, y otros muchos que no se toman en serio la violencia contra las mujeres. Los de los atenuantes. Los de las circunstancias y los recovecos del derecho. Los de los recursos. Una tía valiente en el lugar adecuado, en el momento preciso, eso le pido al año nuevo para mí y para los míos. Y sobre todo para las mías.

Denuncia a tu padre. Denuncia al cura de tu parroquia, a tu primo y a tu marido. Denuncia a todo el que abuse. Denuncia y que los jueces de la Manada de Pamplona y la Manada de Alicante no tengan más remedio que arremangarse las togas y ponerse a trabajar, o jubilarse anticipadamente y que corra el aire. Denuncia a tu vecino que grita y golpea, y a tu hermano y a sus amigotes. No mires hacia otro lado y denuncia al novio de tu madre. No busques excusas al comportamiento abominable de los que quieres, no les haces ningún favor. Ten siempre muy presente a la hermana del violador de la Manada de Alicante, que dio un paso al frente y acabó con el infierno de una congénere. Sé valiente como ella. Sé feminista.

Por un motivo que se me escapa no se ha hablado mucho de esta heroína, y sí se da cuerda a las teóricas del machismo, que adoban el discurso casposo del partido ultraderechista de moda. No pienso decir ni su nombre. No voy a plantear hoy batallas ganadas hace treinta años, ni contra militares retirados, ni contra panolis que se cuecen en ardor guerrero, ni mucho menos contra sus floreros. Paso del debate al que dediqué mi tiempo en BUP. No nos pueden matar, así de simple. No pueden asesinar a las mujeres, o violarlas, o maltratarlas y salir de rositas. No derogarán las leyes que nos protegen, o se van a enterar. Se van a encontrar a sus propias hermanas enfrente.

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