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Frente a VOX

Como se ha recordado, algunas democracias virtuosas, como la francesa, la alemana o la sueca, bloquean a la extrema derecha mediante un cordón sanitario que impide a esos partidos aliarse con otros o influir más allá de lo que su estricta representación les permita. En otros países, intervienen en el juego de alianzas. De cualquier modo, lo que sí se espera de las formaciones democráticas es que se planten frente a los rasgos más cruentos del populismo reaccionario, que combatan sus mendacidades y que no cedan ni un milímetro en la defensa de las libertades fundamentales. Libertades de las que deben disfrutar todas las personas por el mero hecho de serlo, es decir, que deben alcanzar a los inmigrantes que aún no hayan obtenido carta de ciudadanía, y que, en cuanto comiencen su andadura entre nosotros, han de gozar de la oportunidad de ganarse la nacionalidad. Libertades que son incompatibles con cualesquiera actitudes racistas, xenófobas, machistas y homófobas, que han de ser perseguidas y erradicadas sin contemplaciones. En otras palabras, lo principal que los demócratas debemos hacer frente a formaciones radicales como VOX es no adoptar su discurso, ni aceptar sus medias verdades o sus estadísticas falseadas, ni sus mensajes de odio o marginalización. Con la particularidad de que quien acepte sus votos o su respaldo estará contaminándose y condescendiendo con todas estas desviaciones.

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