Por avatares del destino he coincidido en Cádiz con la campaña electoral andaluza, con el día de las elecciones y su resaca incluida. Y he podido comprobar como aquella expresión "las elecciones no se ganan, se pierden" aunque pueda parecer simplemente una boutade, a veces se cumple. No cabe duda que la derecha, formada por tres partidos (PP, Cs, Vox), ha ganado las elecciones por mayoría absoluta; y la izquierda, formada por dos partidos (PSOE, Podemos) las han perdido. Pero€
La campaña electoral ha sido una batalla con escasas propuestas contra Susana Díaz (cosa lógica), pero también entre PP/Cs (y viceversa) para dilucidar quién lidera la derecha andaluza (posible ensayo a nivel español). Primera paradoja: los populares pierden votos y escaños pero lideran el frente; mientras Ciudadanos obtiene buenos resultados, pero no consiguen el sorpasso. Y la segunda paradoja y gran sorpresa: Vox, un partido nuevo en la arena electoral y portavoz sin complejos de la extrema derecha, contra todo pronóstico obtiene 12 escaños y posibilita la mayoría electoral de la derecha. La batalla está servida. Los Populares, los más votados de la derecha, se sienten ungidos para presidir la Junta y no hacen ascos a pactar y gobernar con Cs y con Vox. Y Ciudadanos sufren un ataque de cuernos, proponiendo fórmulas de gobierno que ni ellos mismos se las creen.
La izquierda también se bate en la conquista del liderazgo en Andalucía. Primera paradoja: Se daba por hecho la pérdida de votos de los socialistas liderados por Susana Díaz por el desgaste de 37 años gobernando y por escándalos (Eres), pero el batacazo ha sido superior al esperado, aunque siga siendo el partido más votado. Segunda paradoja: Podemos/IU se presentan en una candidatura única, Adelante Andalucía, con la confianza de obtener buenos resultados y así poder competir con los socialistas, pero sus votos y escaños han sido inferiores a las anteriores elecciones donde IU y Podemos se presentaron por separado.
El futuro no está escrito. Establecer un "cordón sanitario" contra Vox propuesto por el gobierno de Madrid y/o por Cs, aunque con distintas fórmulas, no se me antoja una fórmula fácil, ni útil. En Andalucía la derecha todavía tiene que pactar, lo que no implica necesariamente la aceptación de todas y cada una de las premisas de Vox. Y la izquierda (especialmente el PSOE), aunque de momento sigue teniendo "poder local", deberá liderar la oposición e intentar recuperar su electorado (parte abstencionista) después de mostrar su dificultad (también durante la campaña) de conectar y dar respuestas a las nuevas demandas (cuantitativas y cualitativas) especialmente de nuevos segmentos sociales (especialmente jóvenes).
¿Ensayo general, para unos y otros, frente a unas posibles próximas elecciones generales, y Locales/Autonómicas/Europeas a finales de mayo? La clave puede radicar en varios factores. Como concluye el actual juego de bolillos de los Presupuestos. En la capacidad del gobierno socialista de desarrollar mediante acuerdos puntuales su Agenda Social, propuestas tangibles que afecten a la mejora de la cotidianidad de los ciudadanos y ciudadanas. También dependerá de la evolución de la "política catalana", donde algunos pueden temer un gobierno de derecha radical en Madrid, mientras otros pueden optar por "cuanto peor, mejor". Y, ¿por qué no?, de la evolución de la nueva liga de la derecha española donde los tres equipos, de momento, optan por las mismas medallas.
En cualquier caso, es mejor prevenir que curar. También en nuestra Comunidad.
