El 1 de diciembre de este año marca el trigésimo aniversario del Día Mundial del SIDA. Esta celebración anual, iniciada en 1988, tiene como objetivo destacar los esfuerzos mundiales para combatir el VIH/SIDA. Es además una ocasión para mostrar apoyo a las personas que viven con el VIH y para conmemorar a los que murieron por causa de esta infección. El lema de este año es "conoce tu situación frente al VIH" es decir propugna la realización de campañas de promoción para que todas las personas puedan realizarse las pruebas de diagnóstico lo antes posible.

Hasta hace poco tiempo si uno quería saber si estaba infectado por el VIH tenía que acudir al médico y hacerse un análisis de sangre en un laboratorio. Si prefería realizar la prueba de forma confidencial también debía acudir a su medico ya que necesitaba de una receta para poder adquirir la prueba diagnóstica en las farmacias españolas. Hace pocos meses el Ministerio de Sanidad modificó el real decreto sobre productos sanitarios para autodiagnóstico y ya no hace falta la receta médica, pudiendo adquirirse de forma libre.

El objetivo de la liberación de esta prueba de autodiagnóstico tiene como finalidad mejorar su acceso y su realización con total seguridad y respetando la intimidad de la persona y evitar diagnósticos tardíos que dificultan el control de la epidemia. Debe recordarse que esta prueba no puede nunca sustituir al diagnóstico convencional de un laboratorio de referencia. Se calcula que en España pueden existir unas 140.000 personas infectadas por el VIH, de las cuales cerca del 18% (unas 25.000) desconocen actualmente que lo están, siendo las principales diseminadoras y trasmisoras del virus. Además el diagnóstico precoz permite iniciar de forma rápida el tratamiento antirretroviral y determina que la persona tome las medidas preventivas que le impidan trasmitir la infección. Por ello el Plan estratégico de Prevención y Control del VIH y otras Enfermedades de Transmisión Sexual incorporó de una forma decidida la promoción del diagnóstico precoz del VIH con el fin de disminuir el número de personas infectadas y no diagnosticadas.

La prueba (autotest) del VIH se realiza a través de una simple gota de sangre del dedo o de la saliva y mediante una técnica enzimática que detecta la presencia de anticuerpos frente a los virus VIH-1 y VIH-2 en un tiempo de unos 30 minutos sin la necesidad de ayuda o intervención de los sanitarios. Presenta una fácil lectura interpretativa y su principal característica es su elevado valor predictivo (99%) cuando es negativa (ausencia de infección), aunque cuando es positiva obliga a realizar otra prueba de confirmación en un laboratorio acreditado. La liberalización comercial de estas pruebas facilita enormemente el acercamiento de cualquier persona al diagnóstico individual de la infección por el VIH.

Los resultados negativos indican que la persona no se ha infectado con el VIH pero, si ha mantenido actividades de riesgo en los tres meses previos a la prueba, deberá repetirse trascurrido este tiempo. Este hecho se debe a que tras la infección el sistema inmunológico puede tardar entre 2 y 8 semanas (lo que se denomina período ventana) en desarrollar anticuerpos detectables por esta prueba, a pesar de su elevada sensibilidad, y no presentar anticuerpos a pesar de estar infectado.

Si el autotest da positivo no indica obligatoriamente que una persona esté infectada por el VIH, ya que hay ciertas enfermedades de base u otros parámetros biológicos que pueden dar un falso resultado positivo. Por ello siempre que ocurra este hecho debe repetirse la prueba acudiendo a un centro de salud o laboratorio para que confirme el resultado con otras técnicas altamente específicas y establezcan definitivamente la situación de la persona.

Debe recordarse que tener anticuerpos frente al VIH sólo significa estar infectado por el virus pero no tener el SIDA. La enfermedad puede tardar entre 5-10 años en aparecer o nunca si se inician los tratamientos adecuados de una forma lo más rápida posible. Por ello es muy importante realizarse esta prueba a la mínima sospecha de alguna conducta de riesgo. Toda la población debería realizarse la prueba del VIH al menos una vez en la vida.

A partir de este momento cualquier persona podrá conocer cual es su situación frente a esta infección y de acuerdo con ella adecuar sus actividades de riesgo hacia la menor trasmisión del VIH. Debe tenerse presente que esta prueba no puede utilizarse inmediatamente después de una actividad de riesgo, ya que los anticuerpos todavía no se han elaborado; en estos casos es posible acceder a la profilaxis post-exposición si se cumplen los requisitos para ello.

La confidencialidad de la prueba, se hace en casa o donde uno quiera, es uno de los elementos clave de la misma. Nadie tiene porque saber ni sabrá el resultado de la misma sino se revela el mismo. La detección de dos negativos en un período de tres meses después de alguna actividad de riesgo descartan la infección por el VIH. Este dato da tranquilidad a la persona y a su entorno de confianza.

Esperemos que la disponibilidad del autotest VIH aporte información sobre las personas infectadas y no diagnosticadas, sea una herramienta de autocontrol en la trasmisión del virus y elimine la estigmatización que pueda crear la positividad de la misma. Una vez uno se infecta por el VIH, desarrolle o no el SIDA, siempre mantendrá positiva esta prueba ya que los anticuerpos no desaparecen a pesar de realizar el tratamiento antiretroviral correcto. Conocer nuestra situación frente al VIH es fácil y necesario, y nadie debería dejar escapar la oportunidad de realizarse la prueba, aunque no forme parte ni haya realizado ninguna actividad de riesgo.

* Unidad de Virología. Hospital Universitario Son Espases