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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

Fotografiarse con el rey

No es nada práctico este póquer de reyes, esta doble ración que sirvieron PP y PSOE mientras dormíamos, cuando a Juan Carlos I no había muleta que lo aguantara. Los reyes que no gobiernan ni reinan, como los aristócratas rusos, decoran mucho porque no son, pero aparentan.

Están un escalón por encima de aquellos divos de la ópera que se fotografiaban con sensibles caníbales y dictadores.

Juan Carlos se hizo una foto saludando a Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia saudí, en el circuito de Yas Marina, donde Fernando Alonso se despidió de la Fórmula 1. El saludado del rey ha sido acusado por la CIA de ordenar que mataran al periodista de "Washington Post" Yamal Kashogi, muy crítico con el régimen saudí pero no como para despedazarlo, hombre. El ministerio de Exteriores árabe publicó la foto.

Mal momento, majestad, pero qué es un momento en medio siglo de relaciones, desde Faisal, cuando usted no estaba seguro ni de su jefatura ni de su Estado. Qué es una instantánea después de 6 viajes oficiales al país del oro negro, las recepciones veraniegas a los Saúd y la concesión en 2007 del Toisón de Oro, su más alta condecoración, al rey Abdala bin Abdelaziz.

La Casa Real española ha aclarado que la foto se hizo en un viaje privado. Casi todo lo del rey Juan Carlos con Arabia Saudí es privado y público, claro, como gustan los negocios españoles, sean el AVE del desierto, sean las bombas que les vendemos para que no maten yemeníes.

Hoy saludando a Mohamed bin Salmán, ayer comiendo con Arévalo y Bertín Osborne, no puedes dejar un rey suelto por ahí sin arriesgarte a que se hagan fotos con él, que son privadas, pero tienen utilidad pública y a las que, en el caso saudí, no se puede negar por la deuda de la amistad.

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