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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Primer test electoral, suma y sigue

El 2019 se caracterizará por ser un año electoral que directa o indirectamente afectará a nuestra realidad política, social y económica. El primer test preelectoral será el próximo domingo, día 2 de diciembre, con las elecciones autonómicas en Andalucía. Y ya en pleno 2019, a finales de mayo, de una sola tacada elecciones municipales y autonómicas (no en todas) que implican la renovación de nuestros Ayuntamientos, Parlament y Consells. Sin olvidar las europeas, renovación del Parlamento Europeo, estando en juego una Europa cohesionada formada por ciudadanos libres, o Europa ultramontana, euroescéptica y con ribetes xenófobos. Siempre cuando el Presidente Pedro Sánchez no se vea obligado a convocar elecciones generales y, ¿chi lo sa?, si no las convoca para el mismo 26 de mayo convirtiéndolo en Super Domingo Electoral.

El momento político que nos toca vivir es cambiante y complejo. El horizonte se configura con nubarrones, léase autoritarismo político, populismo y economía neoliberal. Los partidos clásicos muestran sus limitaciones, y los nuevos tampoco trasmiten alternativas reales. Sólo nos faltaba la bomba de relojería puesta a las instituciones clave de la Justicia, La derecha se desplaza hacia el populismo. En España nuestro autodenominado centro-derecha, Populares y Ciudadanos, están desembarcando en los campos propios de la derecha extrema. La masa electoral de millones de españoles ubicados tradicionalmente en una derecha moderada ven con cierto estupor como su partido de referencia el PP compite en guerra abierta con Cs (¡en sus orígenes se declaraba socialdemócrata!), con Actúa-Vox como outsider para conquistar el voto de la derecha más conservadora.

A su vez la socialdemocracia, representada en España por el PSOE, intenta reconstruir un relato político y socioeconómico propio, comprensible, y que ofrezca respuestas reales a los problemas reales. Una parte significativa de la dirección, militancia, y sobre todo de votantes de Podemos (con sus confluencias y mareas), aunque su tradición ideológica sea otra, parece que optan, con sus matices por agendas políticas y sociales de talante básicamente socialdemócrata. Con errores incluidos, el gobierno socialista de Sánchez, en minoría, va definiendo una agenda de índole social, en colaboración con Podemos y con posibles apoyos puntuales (SMI, Pensiones, Reforma Laboral, anulación del copago€). Pero sin presupuesto propio y sin mayoría cualificada lo tienen difícil, gobernar con Decretos Ley, más allá de la aprobación de algunas propuestas puntuales. Sus posibilidades electorales futuras pueden quedar definidas por los resultados de las elecciones andaluzas con su posible repercusión en las municipales (especialmente en las ciudades significativas) y en las autonómicas.

Andalucía será el primer campo de batalla, el primer test. Polarizará buena parte de la campaña electoral la lucha encarnizada por ocupar el espacio de la derecha que mantienen las dos formaciones conservadoras y las consecuencias serán importantes para sus líderes. ¿Es posible que la suma de escaños del PP-Cs puedan formar gobierno en Andalucía? Posible es, pero no es probable. Si Ciudadanos consigue el segundo lugar del podio y desplaza al PP, Pablo Casado se verá florecer las primeras discrepancias a su alrededor. Por su parte Albert Rivera, si no da el 'sorpasso' corre el riesgo de consolidarse como un segundón con su consiguiente coste político a escala nacional.

En el ámbito de la izquierda, aunque el PSOE pierda votos y escaños en Andalucía, hay pocas dudas del triunfo de la socialista Susana Díaz, posiblemente el partido más votado, que favorecería positivamente a Pedro Sánchez. Queda por ver si los resultados de Adelante-Andalucía (Podemos + EU) resultan relevantes para conformar una mayoría clara de izquierda con su consiguiente gobierno de coalición; o que la victoria de la izquierda fuera pírrica, lo que a lo máximo podría posibilitar un gobierno en minoría presidido por el PSOE con apoyos parlamentarios de Podemos/EU.

No creo que Pedro Sánchez convoque elecciones generales el 26 de mayo, y dudo que lo haga antes. Si los socialistas obtienen buenos resultados en Andalucía, y, alcanzan algunas reconquistas sociales a través de Decretos-Leyes con el apoyo de Podemos y algunos partidos minoritarios, sería posible (y hasta probable) que los socialistas puedan obtener unos resultados significativos en las elecciones municipales /autonómicas y europeas. Aunque el futuro no esté escrito, si tales premisas se dieran es probable que Pedro Sánchez convoque las elecciones generales el próximo otoño, octubre 2019, después del 26 de mayo.

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