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Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

El talón de Aquiles de la socialdemocracia alemana

Ls reformas sociolaborales que aplicó el Gobierno de coalición presidido por el canciller Gerhard Schroeder, se han convertido en el talón de Aquiles de la socialdemocracia alemana.

A la vista de sus desastrosos resultados en las últimas elecciones regionales, el SPD quiere distanciarse ahora de las llamadas reformas Hartz, imitadas luego por los partidos del mismo signo de otros países, pero parece tener el alma partida.

Mayor valentía demuestran los Verdes, que formaron parte en su día de una coalición con el SPD de Schroeder, y están decididos a ocupar cada vez más el espacio de centro socialdemócrata.

Su actual co-líder, Robert Habeck, un político mucho más carismático que cualquiera que pueda presentar ahora el SPD, parece al menos verlo mucho más claro.

Aquellas reformas se hicieron para promover el crecimiento económico, reducir el elevado desempleo, sanear las arcas públicas y fomentar los llamados "minijobs"(empleos precarios y mal pagados).

Fueron medidas de corte neoliberal, que incluían la reducción del impuesto sobre la renta y del de sociedades, la introducción del copago en sanidad, limitaciones en la cobertura y el aumento de la edad efectiva de jubilación.

Pero se basaban además en la idea negativa de que el individuo, sobre todo el de las clases menos formadas, es por naturaleza perezoso y que si el Estado además subvenciona su pereza, no se molestará en encontrar trabajo si no se le obliga a ello.

El actual líder de los Verdes no lo ve, sin embargo, así y sostiene que la gente necesita estímulos para formarse, avanzar profesionalmente y contribuir de ese modo a la cohesión de la sociedad, lo cual exige no desconfiar, sino confiar en las personas.

De ahí su propuesta de reformar y simplificar la llamada renta básica, que en Alemania apenas da, según él, para vivir, y que sólo recibirían quienes realmente la necesitasen: es decir que en ningún caso tendría carácter universal.

Al mismo tiempo, Habeck propone que a quienes, además de recibir esa renta básica, han encontrado un trabajo mal remunerado no se les descuente, como hasta ahora, de la misma entre el 80 o 90 por ciento del equivalente de sus ingresos laborales, sino un 30 por ciento.

También es partidario de abolir las sanciones a quienes no acuden a la cita con la oficina de empleo porque no debería obligarse a la gente a trabajar o a hacer un trabajo que no desean, como ocurre desde que comenzó a aplicarse el Hartz IV.

Son propuestas que podrían venir del ala más a la izquierda del SPD o del marxista Die Linke (La Izquierda) y que parecen destinadas a atraer a sectores que no pertenecen a su electorado tradicional, que es el de los profesionales con formación universitaria y de ideas progresistas.

Las ideas lanzadas por Habeck han pillado con el pie cambiado al SPD, que no parece tener nunca las ideas claras, pero ve con creciente preocupación cómo el partido ecologista les come el terreno y no sólo entre los jóvenes, los más abiertos al mundo.

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