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La culpa es de la Bruja Avería

Los nacidos en la generación X española -esos que emplearon los casetes y las cintas VHS, que metían 25 pesetas en un videojuego en los bares, que estudiaron la EGB, que se emocionaron con The Goonies, que vieron morir a Chanquete y comerse un gato a Alf€.- me entenderán.

Sabina dijo sobre la tele de los ochenta: "Telespañolito, que ves la tele, te guarde Dios uno de los dos canales ha de helarte el corazón". Y era cierto: En aquella época, te levantabas un sábado por la mañana, desayunabas un Laccao con una ensaimada delante de la tele y te enfrentabas a solas a la Bruja Avería. Eso deja huella.

Reconozcámoslo: Todos fuimos expuestos a los efluvios catódicos de la Bruja Avería, y esta supervillana habita todavía en nuestras mentes con su voz cazallera y sus rastas de cables de colores. Inolvidables son las legendarias consignas de la electroduende neoliberal: "¡Ergios, watios y turbinas! Produzco crisis y ruinas" "Viva el mal, viva el capital", "Ponen mucho esmero los banqueros y los pobres sufren serios quebraderos", ¡Viva la economía! ¡Viva la Guerra Fría!". Imposibles hoy en día en televisión y menos dirigidas a niños. Si hay que señalar culpables: Los autores intelectuales de aquello fueron el guionista Santiago Alba Rico y su madre, la directora de La Bola de Cristal (TVE, 1984-1988), Lolo Rico.

"¡Viva la economía sobre todo la mía!", sentenciaría Avería. Las presiones sobre la directora de TVE para que el programa dejara de criticar a Felipe González, a Ronald Reagan y al capitalismo en general surtieron su efecto. Tras cuatro años de Movida Madrileña Anarco-Comunista para niños, el programa infantil fue desalojado de la parrilla de TVE.

Pero la Bruja Avería sigue aquí, entre nosotros, como todos los profetas. Ella nos avisó de la quiebra de Lehman Brothers, del rescate a los bancos, de la burbuja inmobiliaria y de las crisis que todavía están por llegar. Es lo que tiene la economía que hasta los niños pueden entenderla si les ponen buena música.

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