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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

No es África, son Grecia y Portugal

En las ferias de ganado turístico, los hoteleros que han explotado Mallorca hasta los límites de la extorsión se lamentan de que la isla defraude sus expectativas de negocio. Incultos hasta el tuétano, simulan entender los estudios prospectivos para descubrir que África va a robarnos la clientela. Apuntan a Egipto o Túnez, también a la Turquía asiática, con una prepotencia colonial lógica en próceres tan eruditos. Por supuesto, no nos arrollarán por calidad, sino por sus precios baratos. Sería redundante reseñar que los empresarios mallorquines parten con la desventaja de tener que pagar a sus trabajadores, de acuerdo con la maldita ley.

Hemos metabolizado este discurso a fuerza de degustarlo trimestralmente, pero es una patraña. El peligro de imagen para Mallorca no se cifra en dictaduras tribales sin sindicatos. Las amenazas más concretas ahora mismo son Portugal y Grecia. Es decir, países periféricos de la propia Unión Europea, y que no van a competir por precios, porque hay que ver cómo se ha puesto Lisboa. Nos derrotan con nuestras propias armas, tal vez nuestros broncíneos emprendedores no son tan inteligentes como piensan y se han limitado a heredar el negocio sin preguntar demasiado.

Este desplazamiento a países hermanos pero no africanos se verifica tanto en el turismo ocasional como en el residencial. Soy un adicto a la prensa inmobiliaria, la pornografía del cemento en todas sus contorsiones. Años atrás, contemplaba los esporádicos anuncios de casas en Grecia y Portugal con una sonrisa conmiserativa. Hoy nos han aplastado, pero sin duda que nuestros creativos empresarios habrán diseñado un plan para frenar a enemigos que nos sacan los colores sin hundir precios. Más Europa y menos África, aunque les traicione su querencia. Mallorca ya no es el lugar donde quieres ser visto. O donde quieres no ser visto.

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