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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Elucubraciones electorales desde la izquierda

Lo prometido es deuda. A siete meses de la cita electoral, sin acudir a encuestas (¡va de retro!), me atrevo a jugar a hacer de gurú planteando posibles escenarios de las próximas elecciones autonómicas. Parto de tres premisas. Primera, el bipartidismo y las mayorías absolutas son fórmulas de gobierno obsoletas. Segunda, consecuencia de la primera, las mayorías, resultado de pactos poselectorales, serán necesariamente pluripartidistas, configuradas alrededor de dos entornos políticos, las derechas y las izquierdas (ambas en plural) con sus diversos matices, y que se supone ofrecen propuestas y prioridades trasversales para abordar las múltiples preocupaciones e inquietudes que configuran la vida cotidiana y las perspectivas de futuro de los ciudadanos. Tercera, el voto cautivo, la fidelidad extrema al partido siempre votado, está de capa caída. El voto es "más libre". El/la votante quizás no sabe explicitar lo que quiere, pero tienen claro lo que no quiere. Las elecciones no se ganan, se pierden.

En el inventario de las elecciones autonómicas el predominio de dos partidos de referencia, populares y socialistas, facilitaba un gobierno mayoritario de uno u otro con apoyos (en algunas circunstancias) de otros partidos minoritarios. Pero hoy la realidad política es más compleja. La aparición de Podemos y Ciudadanos, sin contar con otras fuerzas minoritarias, han pluralizado a la izquierda y a la derecha. Y probablemente serán claves Més (Mallorca y Menorca), El Pi, e Independientes de Formentera.

Descrito de un modo básico el panorama político balear ¿qué posibilidades tienen las izquierdas de repetir su mayoría parlamentaria y en consecuencia seguir gobernando? Posibilidades haberlas las hay, incluso con cierto grado de probabilidad, contando con el coprotagonismo de los partidos que configuran el tripartido actual (PSOE, Més per Mallorca, Podemos), así como apoyos parlamentarios de Més per Menorca e Independientes de Formentera. El PSOE, que obtuvo malos resultados en 2015, puede capitalizar un balance positivo de la Presidencia con una estabilidad reconocida. Los socialistas podrían obtener una mejora sensible, si el gobierno socialista de Pedro Sánchez consigue la aprobación de sus Presupuestos y desarrollar una agenda social coherente y eficaz. Podemos, hoy por hoy, sufre un desgaste interno y externo significativo a nivel estatal y en nuestra Comunidad. Les resultaría positivo si los acuerdos alcanzados con los socialistas a nivel nacional se desarrollan, y en nuestra Comunidad si superan una cierta crisis de liderazgo que, hoy por hoy, dificulta incluso la formación de sus candidaturas.

Més per Mallorca no tiene fácil, hoy en día, mejorar sus resultados. La formación econacionalista superó la minicrisis de elección de Ensenyat como candidato a la Presidencia del Govern y en próximas fechas celebran primarias para el resto de instituciones. En su gestión de gobierno se ha obligado a cambios relevantes, lo que le ha supuesto un desgate significativo compensado en parte por el buen hacer de la consellera de Bienestar. Últimamente sufre el rechazo de colectivos próximos motivado por las políticas desarrolladas en el Consell de Mallorca cuya Presidencia ostenta. Mientras Mes per Menorca e Independientes de Formentera, posibles fuerzas de apoyo, están consolidadas.

Concluyo con dos avisos para navegantes. Primero, como es lógico, los partidos que conforman la actual mayoría intentarán capitalizar los aspectos positivos del Pacto. El peligro es que algún (o algunos) de tales partidos (se supone que primos-hermanos) centren parte de su campaña en "desprestigiar y atacar" a sus posibles (y necesarios) socios en busca de un trasvase de votos. Segundo aviso, podría darse una situación donde la suma de escaños obtenidos por la coalición actual no tuviera mayoría absoluta, pero fueran la coalición poselectoral con mayoría relativa. En tal circunstancia los escaños obtenidos por El Pi (hoy por hoy con viento a favor) podrían ser decisivos. Una primera opción, que se me antoja improbable: dar su voto positivo participando de una mayoría parlamentaria de (centro) izquierda, aunque sin formar parte del gobierno. Y una posible segunda opción: abstenerse no formando parte activa de la mayoría parlamentaria pero facilitando un gobierno en minoría. O jugando al otro bando. Continuaremos con las derechas.

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