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Hoja de calendario

Pedro Villalar

Espíritu republicano

Los soberanistas catalanes, en una de sus iniciativas disolventes con las que tratan de debilitar el Estado español, han apostado con vehemencia por la República, que debería reemplazar a la "caduca" monarquía española. Y a tal fin han sacado adelante una moción testimonial, apoyada por los comunes, una formación que engloba a Podemos y que ya no disimula su indescifrable desorientación ideológica. Algún analista de peso se ha ocupado de poner en evidencia esta iniciativa, en que los actores muestran su deriva populista al mismo tiempo que invocan un republicanismo que no entienden.

Con independencia de que varias de las más perfeccionadas, sutiles y libérrimas democracias del mundo sean monarquías (el Reino Unido, Dinamarca, Holanda o Suecia), el espíritu republicano clásico, que aquí enarbolaron los fundadores intelectuales de la Segunda República, se basa en la vigencia del Estado de Derecho constitucional y en la escrupulosa igualdad de todos ante la ley. Y, como destaca más de un comentarista, el soberanismo, que ignora a la mitad de los catalanes, ha vulnerado la impecablemente democrática Constitución española con una intentona golpista y ha efectuado propuestas programática que supeditan el poder judicial al ejecutivo (en la famosa ley de desconexión). No es lo mismo predicar que dar trigo, obviamente, pero ya está bien de violentar la inteligencia de los españoles, catalanes incluidos.

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