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Antonio Papell

La independencia, una antigualla

El pasado 1 de octubre, Coalition Avenir du Quebec (CAQ) ganó las elecciones celebradas en la provincia canadiense de Quebec y formará por primera vez en su historia el Gobierno del territorio al conseguir la mayoría absoluta y retirar al Partido Liberal de Quebec (PLQ) del poder. Por detrás de los dos principales partidos han quedado las dos formaciones independentistas: el histórico Partido Quebequés (PQ) se ha desplomado desde la segunda plaza a la cuarta con el peor resultado de su historia, apenas el 17,25 % de los votos y 10 diputados. El tercer puesto ha correspondido al partido populista de izquierdas Quebec Solidario, cuyo auge ha terminado de vaciar al viejo PQ.

La humillante caída del partido quebequés „que era el amigo fraternal de CDC durante los años esplendorosos del pujolismo„ no ha sido casual: ha sido también la primera vez que la cuestión de la independencia de la provincia francófona no ha estado ni siquiera en el debate preelectoral.

El Partido Québequés fue creado en 1968 por René Levesque, con el apoyo de la metrópoli ( De Gaulle, de visita en Canadá, pronunció en Montréal el célebre "Vive Québec Libre" en 1967) y su intención era dar el control de la provincia a la mayoría francófona, en detrimento de la hegemonía anglosajona. En octubre de 1970 hubo episodios de cierta violencia que se saldaron con un único muerto. El PQ gobernó la región durante veinte años y organizó dos referendos. En el del 20 de mayo de 1980, los independentistas de Lévesque obtuvieron el 40,5 % de los sufragios. En el Referéndum de 1995, se quedaron a menos de un punto porcentual de conseguir la secesión con el 49,4 % de los votos? Tras aquel segundo fracaso, en 1999, el primer ministro Jean Chrétien, ante la amenaza de un tercer referéndum, solicitó un dictamen al Tribunal Supremo del Canadá, que desactivó el nacionalismo separatista y sirvió en lo sucesivo de referente internacional. Dicho dictamen, muy elogiado internacionalmente, contiene tres elementos muy valiosos:

a).-Québec no disfruta del derecho a la autodeterminación.

b).-La secesión sólo sería posible si "una clara mayoría" declarara "de forma inequívoca" su deseo de no pertenecer en Canadá. Entre otras razones, porque "Democracia... significa mucho más que el simple gobierno de la mayoría".

c).-La secesión de una provincia "bajo la Constitución" no puede ser adoptada unilateralmente, esto es, sin una negociación con los otros miembros de la Confederación dentro del marco constitucional.

Aquellas ideas se plasmaron en la Ley de Claridad, que contribuyó a constitucionalizar y estabilizar el país.

Desde entonces, Canadá se ha ido modernizando y Quebec, una provincia de casi ocho millones de personas -un tamaño parecido a Cataluña„, está hoy embarcado en la solución a los problemas de la modernidad. La critica juvenil ha sido explícita: "el PQ fue creado para conseguir la independencia pero no proponía nada más". Y hoy, las fuerzas dominantes están en otras cosas, en especial el medio ambiente -la cuestión central de la preocupación y del debate„ y la inmigración, un asunto esencial en un país infrapoblado en que la demografía depende sobre todo de la llegada de colectivos dispuestos a integrarse. El concepto de independencia tan solo se maneja como un posible medio de ofrecer más servicios sociales y de combatir mejor el cambio climático. En cualquier caso, los sociólogos políticos subrayan que el independentismo consigue una adhesión inferior al 30% y que el binomio que moviliza la política ya no es el existente entre independencia o federación sino que vuelve a ser el clásico entre derecha e izquierda. El partido ganador de las elecciones, Coalición Futuro de Quebec, es populista de derechas y sus principales propuestas de campaña han sido la prohibición del velo islámico y la limitación de la inmigración con nuevas condiciones.

El soberanismo no es, en definitiva, un concepto definitorio ni esencial. Ha quedado reducido a una antigualla que conserva cierto valor instrumental pero que ya no moviliza ni cristaliza voluntades. No deja de ser curioso que el PQ haya renunciado a hablar del asunto en la última campaña.

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