Hilarante presidente del PP balear. Biel Company, que desperdicia avariciosamente las oportunidades que se le brindan de permanecer en abrigado silencio, se cree en la obligación de afirmar, al contemplar la tragedia del Llevant, acompañando a Pablo Casado al lugar de la devastación (15 minutos para hacerse la foto y desparecer), que no solo hay que acordarse de santa Bárbara cuando llueve, dejando caer que no se han tomado las radicales medidas imprescindibles para minimizar las consecuenias de las desatadas furias de la naturaleza. Company se afana en obtener rentabilidad política del desastre insinuando que se ha actuado con indolencia; sucede que apenas unos días antes de que se desencadenara el bíblico diluvio sobre Sant Llorenç, Company viajó a la capital de la UE con el propósito de descalificar las leyes que el Govern pretende habilitar para achicar las causas que aceleran el cambio climático.
En Bruselas, el conspicuo dirigente del PP se vio con el no menos insigne comisario europeo Miguel Arias Cañete, a cargo de Acción por el Clima y Energía, con quien se fotografió ufano acompañado de la eurodiputada Rosa Estarás, para, de inmediato, espetar que en la ciudad en la que vive Carles Puigdemont, a cubierto de las pretensiones del magistrado Llarena, no se ve con buenos ojos las leyes de residuos y cambio climático. Según Company, Bruselas pone reparos a la prohibición de plásticos de un solo uso para 2021, la venta de automóviles diesel para 2025 y de gasolina para 2035.
Atendamos a la profunda reflexión que de la entrevista obtuvo Company: tras asegurar que en Europa piensan que Balears quiere darse demasiada prisa, concluye que el Govern de Armengol se adelanta a los plazos fijados, "solo para ser más chulos que nadie". Después truena en Sant Llorenç y nos acordamos de santa Bárbara, sentencia el que parece, solo parece, que será candidato del PP a la presidencia de la Comunidad Autónoma en mayo de 2019.
¿Con qué nos quedamos? ¿Cuál es la carta a jugar para Biel Company? ¿Hay que transitar sin prisas y con las pausas necesarias el camino que conduce a un futuro sostenible, de ser ello todavía posible, 0, por el contrario, conviene acelerar para evitar tener que acordarnos del santoral católico cuando el cielo se abre sobre nuestras cabezas?
En el segundo supuesto, interroguemos a Company sobre las múltiples decisiones tomadas por el partido que preside en los muchos años que ha gobernado Balears; concretando, qué hizo él en la pasada legislatura dirigiendo el departamento de Medio Ambiente. La congruencia de demandárselo es evidente: en Sant Llorenç decisiones urbanísticas a las que nadie puso coto han ayudado a que la tragedia alcance rango de inmensa catástrofe. No se recuerda ninguna declaración de Company favorable a intervenir drásticamente para invertir la situación. Que tengamos constancia nunca el presidente del PP balear puso el énfasis en la urgencia de embridar un urbanismo fuera de control. Hechos consumados.
En Bruselas, Company informa que la Comisión Europea opina que en Balears se va muy deprisa, que el Govern ha aprobado determinadas leyes precipitadamente, solo para ser más chulo que nadie. Fenomenal aportación al pensamiento político contemporáneo.
