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Joaquín Rábago

360 Grados

Joaquín Rábago

Entre las risas y el miedo

Pagado de sí mismo hasta extremos ridículos, el presidente de EEUU no puede creerse que su discurso de la pasada semana en la ONU provocara las risas de muchos de los asistentes a la Asamblea General del organismo. Y, sin embargo, ¿cómo no estallar de risa ante las fanfarronadas que allí pronunció Donald Trump? ¿Cómo mantener serio el semblante ante afirmaciones como la de que su Gobierno había conseguido lo que nunca logró ningún otro en la historia? Una cosa es que diga esas y otras cosas parecidas en cualquier lugar de la América profunda e ignorante, y otra, que cual nuevo barón de Münchhausen se jacte de sus imaginarias hazañas ante la comunidad mundial.

El diario The Washington Post, representante de esa prensa que tanto odia el presidente, escribió lo que es obvio para todos menos para Trump y sus ciegos seguidores: EEUU pierde cada vez más importancia en el mundo porque el mundo odia a Trump. "Trump ha sido objeto de risas. El mundo no respeta ni teme al Presidente y por supuesto no le ama. Y nada de eso favorece nuestro interés nacional", comenta el diario, que parece añorar los tiempos en que EEUU dominaba el mundo. Por su parte, Mark Landler, del New York Times, anotó en Twitter: "Las risas con que se acogió el discurso de Trump denotan una verdad para él difícil de aceptar: veinte meses de bravuconadas se han convertido para muchos mandatarios es algo que provoca más risa que miedo".

Uno no está totalmente seguro de esto último pues cuando la fanfarronería, la imbecilidad y la incapacidad de reírse de uno mismo van acompañadas de un enorme poder militar, hay que estar preparados para cualquier cosa. Resulta en cualquier caso chocante que la misma semana en que la prensa norteamericana toma nota de los efectos negativos en la comunidad mundial de las bravatas de su presidente, al líder del PP no se le ocurriese nada mejor que invitar a EEUU a trasladar su VI Flota de Nápoles a Rota.

España, dijo Pablo Casado, "es el país atlántico por antonomasia", y ese traslado "nos permitiría no tener que afrontar de inmediato el crecimiento presupuestario en defensa que nos exige la OTAN", además de representar una importante inyección económica para Andalucía y España. Con su estrambótico ofrecimiento a los EEUU de Donald Trump, ¿trata acaso el líder del PP de emular a su admirado José María Aznar y poder poner también un día los pies en la mesa del presidente del país que tanto admira?

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