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Matías Vallés

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Matías Vallés

Isis emplea la clave "vamos pa Mallorca" para hablar de Siria

Isis nos tiene en su pensamiento, ya que no por fortuna en sus actos terroristas. La Audiencia Nacional condenó en mayo a seis años de cárcel a una gaditana por "integración en organización terrorista", en referencia al Estado Islámico. Nuestra preocupación comienza al revisar los chats que la terrorista enviaba a la localidad siria de Raqqa, por medio de la red de mensajería Telegram. Allí leemos que "ella y yo vamos también pa mallorca", donde los jueces han determinado que se emplea la isla para referirse inequívocamente a Siria.

La identificación de Mallorca con Siria por parte de Isis es escalofriante. Sobre todo, porque no se trata de una mención aislada, sino abundante. La terrorista islámica anuncia en un mensaje de audio en WhatsApp que "un hermano de Mallorca le dio al gusta y me habló, yo lo que quería es que supieran que estamos con ellos". De nuevo, la isla se utilizaba como contraseña para camuflar al país asiático.

La propia sentencia de la Audiencia apunta que "Mallorca es la palabra clave utilizada por el entorno de la investigada para referirse a Siria", y utiliza esta equivalencia para afianzar la condena a la miembro de Isis. Nuestra maldita fama global nos costará un disgusto. Hablando con otra compañera presa, la integrante de Estado Islámico teme la detención y le comenta que "A mi desde mallorca me dicen ke me de prisa".

Las apelaciones mallorquinas reaparecen en "que tal ukhti, mi quiero ir a Mallorca" o en "estuve hablando con los hermanos de Mallorca", que siempre se refiere a la sede del Califato Islámico en Siria. Bienvenida sea la publicidad, aunque sea buena, pero sería curioso descubrir al artífice de la equiparación. Los asesinos de Isis cuidan la imagen de su organización hasta el mínimo detalle.

No todo son malas noticias para nuestra marca. En la foto que hoy nos ilustra, las estanterías de un supermercado Lidl en Alemania están surtidas de productos Quely. Se destinan a los turistas o semirresidentes que han paladeado las galletas de Inca en Mallorca, curiosa sinergia entre la industria más contaminante del mundo y la de alimentación. Los anaqueles saqueados, en la foto sin trucaje, confirman la aceptación del producto autóctono. Amo los infomercials, y espero que los galleteros no se molesten, a diferencia de su zozobra cuando la consellera Miss Quely de José Ramón Bauzá se curaba la ansiedad con atracones de quelitas con chocolate. Consuma con moderación.

La fiscalía del Supremo está muy entretenida exigiendo décadas de cárcel a los catalanistas, para distraerse con el simple soborno de un líder político español. Cuestión de prioridades. Esta misma semana hemos admirado a Florentino Pérez, que le recordó al entonces fiscal Pedro Horrach en un interrogatorio su excelente relación con la fiscalía general del Estado, festejando junto a Pedro Sánchez los cien días del Gobierno más breve de la historia. ¿Entienden ahora Son Espases del PP/PSOE?

Dime el escándalo, y te estableceré automáticamente la conexión mallorquina. El empresario Ángel Pérez-Maura paga al comisario Villarejo para evitarse una extradición a Guatemala, donde le acusan de comportamientos corruptos medidos en decenas de millones de euros. Se trata por supuesto de un tataranieto de Antonio Maura, el único mallorquín que llegó a presidente del Gobierno, y en cinco ocasiones. El escándalo ha salpicado a Baltasar Garzón y amenaza a la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Ningún copetudo linaje insular sin mácula, la corrupción secular a todos iguala.

Recuerde dónde leyó el pasado domingo que Manuel Valls desembarcaría en Barcelona de la mano de su novia, descubierta en Menorca. No ha tardado ni una semana y ahora viene lo mejor, puede ganar. Vean Todos lo saben, la primera película española en que el reparto entero goza de sobrepeso, un excelso melodrama y un pésimo thriller aunque yo solo tuve ojos para Bárbara Lennie.

Reflexión dominical cohonestada: "Trump dice que los periodistas son 'las personas más deshonestas', pero se le olvida añadir que solo los buenos periodistas".

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