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El Presidente y "Civilón"

A Pedro Sánchez sus aliados le indultan de dar cuenta de su tesis doctoral en el Parlamento

Puede que Pedro Sánchez acabe siendo rehén de aquellos que le auparon al éxito en la moción de censura que acabó con Rajoy en el sillón de registrador a la voz de retirada -"a mí que me registren"- tras las últimas escaramuzas judiciales de la Gürtel. Gracias a Podemos y a los nacionalistas no tendrá el presidente del Gobierno que dar cuenta en el Congreso de cuánto de corta y pega hay en su tesis doctoral. Sin duda, unos y otros se cobrarán el favor, que este PSOE actual vive en el trampantojo de alimentar la hambruna de la izquierda radical y de radicalizar a la izquierda moderada. Y de claudicar, pasito a pasito, suave suavecito, a los planes de los secesionistas. O sea, que a Pedro Sánchez le han indultado sus compañeros iniciales de viaje, como al toro Civilón, de Covaleda, al que el mayoral llamaba por su nombre y acudía manso y que se hizo tan popular que cuando iba a ser lidiado en la Monumental de Barcelona, en 1936, toda la plaza conminó al presidente para que lo dejara con vida y volviera salvo al campo charro. Y el presidente asintió y el morlaco se salvó del estoque y del descabello.

No sabe el líder socialista que rendir cuentas no es una rendición, y que huir hacia adelante no le garantiza que vaya a acabar el maratón de la legislatura a ritmo keniata, sino más bien a trote cochinero. Puede que por no asistir al Congreso con su tesis bajo el brazo, Sánchez salve el resuello, pero no pierda de vista que de tanto dejarse sobar el lomo a lo peor acaba como Civilón, que fue sacrificado para dar de comer a los milicianos.

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