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Con otra cara

Chiara en el Olimpo

De un día para otro veo a esta chica hasta en la sopa. Su boda, sus vestidos, los de las invitadas, el menú, la noria que plantó en la fiesta... Todo diseccionado y seguido con más interés incluso, dicen, que la boda de Meghan Markle y el Príncipe Harry de Inglaterra. Hablo de Chiara Ferragni de la que yo hasta ahora no sabía absolutamente nada, lo que evidencia mi absoluta inopia sobre el mundo de la moda y su reflejo en las redes sociales. Al empezar a encontrármela cada vez que abría el móvil o el ordenador, pregunté a Google quién es esta chica y me encontré con 24 millones de entradas. Pues bien, la describen como una de las blogueras más conocidas del mundo, it girl, fashion influencer, empresaria de moda y asesora de las más importantes marcas del mundo desde que abrió un blog en 2009 en el que mostraba sus looks. Hoy su empresa cotiza a ocho millones de euros, ella ha figurado un par de veces en la lista de las personas más influyentes de Forbes, su sitio registra aproximadamente 110 mil visitas diarias y su cuenta de Instagram cuenta con 14 millones de seguidores. Y en aumento, porque la repercusión de su boda con un rapero llamado Fedez -de nuevo he de reconocer mi ignorancia- ha hecho imposible no fijarse en la muchacha.

Según una empresa de medición de datos, la boda de Chiara con Fedez ha generado unos 31 millones de euros por su impacto en las redes sociales. La pareja tiene 20 millones de seguidores que no se han perdido detalle de la preboda, la boda y la postboda que los novios iban narrando prácticamente en vivo en Instagram durante los tres días de festejos.

Lo que he leído sobre esta chica, sin embargo, no me ha ayudado a entender cuál es la clave que la ha hecho destacar frente a millones de jóvenes que, como ella, se dedican a colgar sus fotos de moda en las redes sociales. No es más guapa ni más estilosa ni posa mejor que otras muchas pero, ahí está, millonaria antes de los 30 y perseguida por los diseñadores más prestigiosos del mundo. ¿Por qué? Ni idea. Imagino que es el mismo fenómeno del bar de la esquina que de pronto se pone de moda sin que se sepa el porqué mientras que el de al lado, con mejores tapas, precio y servicio, se muere de asco.

El caso de Chiara Ferragni se estudia en algunas universidades y no es para menos. El éxito no parece depender sólo de la calidad, del talento y del trabajo, sino de algo intangible mucho más difícil de cuantificar que esos miles de clics que hoy en día elevan a algunos al Olimpo y mantienen a la mayoría en la mediocridad.

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