Mallorca todo lo cura, también literalmente. Nos aplicamos a la versión de que Michael Schumacher será trasladado en algún momento a su mansión de Andratx, porque nadie paga treinta millones de euros por una casa para no usarla. Ni siquiera atendemos a Katia Rouarch, alcaldesa de Andratx que no sabe lo que dice en varios idiomas, y que solo se desmiente a sí misma tras recibir un rapapolvo de la familia del piloto.
Andratx forma parte de la terapia de Schumacher. No hablamos en términos poéticos o paisajísticos, aunque disfrutaría quizás de las mejores vistas del planeta. El profesor Mark Obermann, director del Departamento de Neurología de la clínica alemana Asklepios, se ha pronunciado sobre el piloto lesionado y sostiene que un enfermo en estado vegetativo posee un grado de percepción superior al asumido por la ciencia.
Según el neurólogo alemán, el amor y el contacto con la familia juegan un papel importante en la recuperación. El médico advierte por supuesto contra el optimismo infundado, que ya le costó una condena de 50 mil euros a la revista germana Bunte, por publicar un artículo en el que aseguraba que el piloto "podía caminar". Es curiosa la reinversión en la isla de Schumacher, que abandonó su anterior casa de Camp de Mar en manos de su manager Willi Weber, desesperado porque los autocares con turistas incluían la casa en un circuito mallorquín. La riqueza no da la felicidad, pero la felicidad tampoco da la riqueza.
El clan Schumacher se debate entre la Lausana junto al lago Ginebra y la Dragonera envuelta de Mediterráneo. La guerra de desmentidos no oculta una compraventa de treinta millones, que en sí misma invoca un milagro. El hombre que más ha pagado por vivir en Mallorca, solo puede disfrutar de una porción ínfima de su paraíso. Se cambiaría sin dudarlo por el más humilde de los mallorquines. Sin exagerar, porque todos estamos vivos hasta cierto punto.
Los archivos internacionales siguen vomitando documentos sobre la importancia global de Juan March Ordinas. El Foreign Office recoge el comunicado secreto del embajador Samuel Hoare desde Madrid para Lord Halifax, en 1941. Le conmina a que obligue a Estados Unidos a eliminar sus críticas al financiero mallorquín, "que se ha comprometido a sacar sus barcos de los puertos españoles en el caso de una invasión nazi, y a convencer a otros de hacer lo mismo". El banquero logró sus propósitos de seguir comerciando a dos bandos, y no tenía por supuesto intención alguna de cumplir sus promesas, pero lo importante es su crédito internacional.
Concha Buika ocupa la foto que hoy nos ilustra, porque el legendario Carlos Santana cuenta maravillas del disco Africa habla, el mundo escucha que ha grabado junto a nuestra compatriota, "una cantante increíble mallorquina que se llama Buika, una gitana negra africana que me ha mandado Dios, la artista que necesitamos para expresar cómo sentimos en este estado de sangre y fuego. Ella eleva nuestra música a otra dimensión, es una bendición". Presume de estar más satisfecho que con Abraxas, el álbum con portada inigualable de otro mallorquín adoptado en Deià, mi amigo Mati Klarwein.
Más orgullo patrio, porque Felipe VI ha comentado en Palma que el brindis de Emmanuel Macron en el Palacio Real, ante una copa de champán, incluyó el reconocimiento impensable en un francés de que "Roland Garros es el más español de los torneos de tenis". Debió decir "el más mallorquín", como Carlos Santana, pero se entiende. La mejor noticia de la semana es que la fiscal Rosa Cosmeli prosigue imparable su recuperación, ahora ya en Palma lo cual es una garantía según hemos demostrado en esta página. Vean El rehén, un thriller político donde Jon Hamm demuestra que bajo presión puede llegar a ser un actor, aunque yo solo tenía ojos para Rosamund Pike.
Reflexión dominical paupérrima: "El voto de los pobres a la extrema derecha no se soluciona prohibiendo los partidos ultras, sino corrigiendo la pobreza".
