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Forn en la solapa

El mensaje institucional del presidente de la Generalitat minutos antes del acto central en la plaza de Cataluña presidido por el Rey fue en líneas generales correcto, salvo la impertinente alusión al "injustamente encarcelado" Forn, consejero de Interior cuando se cometieron los atentados. Alusión no sólo verbal sino también plástica, puesto que Quim Torra llevaba en la solapa un retrato de Forn junto a la palabra 'libertad', al igual que otros políticos de la cúpula independentista que le acompañaban.

La sustitución del lazo amarillo por la imagen de Forn ha sido una novedad pero no una concesión, puesto que Torra ha desempeñado fielmente su papel de látigo de Puigdemont en Twitter y en todas las demás declaraciones del día, en las que ha reivindicado una "Cataluña independiente" y ha dicho, entre otras cosas que "los catalanes no tienen Rey" „una fake new como una casa puesto que el Rey es el jefe del Estado democrático y goza del consenso de una mayoría muy significativa de españoles, incluidos los catalanes„. Mientras tanto, Puigdemont, desde su cómodo exilio bruselense, cargaba contra el Estado "por su falta de información a los mossos", con lo que extendía un manto de odio sobre la conmemoración de los atentados. Este gobierno tiene ánimo dialogante y constructivo, pero es evidente que la paciencia de los demócratas tiene siempre límites. Los que marcan la dignidad el Estado de Derecho y el principio de legalidad.

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