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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

El siglo del lujo

Al comienzo del siglo supimos de la concentración de las empresas del lujo y ganó fama LVMH (inicialmente, siglas de Louis Vuitton Moët Hennessy), que compacta 70 marcas del mundo en la multinacional francesa líder. También supimos que las empresas del lujo iniciaban grandes inversiones en agricultura y alimentación en África y en Hispanoamérica, ocupando los extremos del consumo desde la primera necesidad hasta el último capricho. Aunque no lo sabíamos entonces, esas exploraciones en los polos de la producción eran el aviso de que no necesitaban para nada a las clases medias, hasta entonces las más cortejadas de la sociedad de consumo. Su mercado depende de lo exclusivo, que es lo que tiene fuerza para excluir. Lo exclusivo es excluyente. En la publicidad aprendimos a valorar lo exclusivo décadas antes que lo inclusivo, que suena reciente.

Burberry´s quemó ante notario 32 millones de euros en mercancía sobrante del año pasado. Almacenarla sale muy caro, la mercancía del año anterior compite con la del presente y los outlets hacen perder exclusividad a productos de calidad cuyo precio supera por completo en varias veces la suma del de los materiales, la mano de obra, la propiedad intelectual que se le pueda aplicar, la publicidad que lo da a conocer y a desear, los gastos de transporte y los beneficios que se queda la distribución. Lo que más se paga en lo exclusivo es que otros no lo puedan comprar. Así de idiota. Este mercado del impulso y el deseo no deja de crecer, en concordancia con los datos del aumento de millonarios en la opulencia y en la crisis, y las empresas no afinan cuánto tienen que producir por temporada. Estas multinacionales no crearán el banco de ropa y perfumes.

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