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Eduardo Jordà

LAS SIETE ESQUINAS

Eduardo Jordá

Maridos

Entre nosotros es habitual que muchos políticos falsifiquen su currículum o se inventen másters o se hagan pasar por lo que no son

¿Se acuerda alguien de Denis Thatcher? Me temo que no. Era un hombre gris, con pinta de esos ornitólogos que dedican toda su vida a estudiar los hábitos reproductores del carbonero común, pero en cierta forma podemos considerarlo un pionero que hizo algo que muy pocos varones se habían atrevido a hacer hasta entonces. Porque su mujer, Margaret Thatcher, fue elegida primera ministro británica a finales de los años 70. Y desde ese momento, Denis Thatcher pasó a ser el equivalente masculino de la "primera dama", es decir, el marido de la gran mujer, el personaje oscuro que vivía a la sombra de un personaje mucho más importante y poderoso que él. Hasta entonces, lo normal es que el poderoso fuera el hombre y la mujer fuese la persona que llevaba una discreta existencia en segundo plano. Pero Denis Thatcher fue el primer varón que tuvo que protagonizar la situación inversa. Le tocó ser, por así decir, una especie de florero masculino al lado de una mujer temida y odiada y admirada en medio mundo. Él no era más que un don nadie, mientras que su mujer era la persona a la que perseguían los fotógrafos y a la que todo el mundo, por una razón u otra, quería conocer. Hay quien dice que a Denis Thatcher le costó sobrellevar este papel de segundón y que en algún momento pensó en divorciarse. También hay quien dice que empezó a beber más de la cuenta y que tuvo una crisis nerviosa de la que se salvó haciendo un viaje a Sudáfrica. Da igual. Fue un pionero -aguantó burlas y desaires por vivir una situación que casi ningún otro varón había vivido hasta entonces-, y como tal, deberíamos guardarle un respeto.

Esta semana hemos conocido al marido de Angela Merkel, que se apareció en la visita al parque de Doñana vestido como un homeless de esos que vemos durmiendo en los cajeros (arrugada camisa a cuadros, pantalones cortos de Decathlon, botines y calcetines negros, gorra blanca tal vez regalada en un supermercado). Por lo que he leído, Joachim Sauer es un reputado catedrático de Físicoquímica de la Universidad Humboldt de Berlín. Según la docta Wikipedia, hizo su tesis doctoral -calificada cum laude- con un estudio sobre las consecuencias del Teorema de Koopman en el método de Hartree-Fock restringido para orbitales abiertos. No me pregunten qué son los orbitales abiertos ni el teorema de Koopman, pero me pareció fantástico que en medio de una cita tan envarada, con Pedro Sánchez y su mujer convenientemente ataviados con su look boho chic, el buen Sauer se presentara como si acabara de sacar a pasear al perrito y se dispusiera a hacer la compra semanal en Mercadona. Entre nosotros es habitual que muchos políticos falsifiquen su currículum o se inventen másters o se hagan pasar por lo que no son -y de eso Pedro Sánchez y su mujer, tan atildados, tan correctos, tan elegantes, saben un rato largo-, así que es bueno saber que hay alguien a quien no le molesta ser "primer damiselo", o "primer caballero", o como se diga eso, y que tampoco necesita hacerse pasar por elegante ni distinguido, ni alardear de títulos que no tiene, ya que él, al fin y al cabo, sabe muy bien qué demonios es un orbital abierto.

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