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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

Tour electoral y la derecha desnortada

A punto de iniciarse un largo tour electoral, en el que habrá elecciones de toda clase, la derecha, tanto en Mallorca como en toda España, aparece claramente desnortada

Cuando llegue septiembre, se iniciará el largo tour electoral, que concluirá el próximo año con las elecciones generales, que coincidirán o no con otras disputas en las urnas, pero culminarán la radical mutación vivida en el mapa político español, pues los viejos actores han sido apartados de escena. La aparatosa novedad del proceso a punto de iniciarse es la no menos llamativa fragilidad del partido de la derecha, que, con Pablo Casado, no abandona la permanente zozobra en la que malvive.

Atender a las manifestaciones que prodigan los dirigentes del PP para construir un imposible blindaje a su presidente constata la falta de fuste, la ausencia de gradiente de quienes se han encaramado a la dirección pasando por encima de la ganadora de las primarias. La "coalición de perdedores", que así definen a los que se coaligan para arrebatar al PP el mando en plaza en ayuntamientos, comunidades autónomas y ahora en el Gobierno de España, es la que se aproxima al naufragio, porque el techo de cristal de Casado se ha hecho añicos con más rapidez que la esperada. Queda el asidero del Tribunal Supremo, al que se encomiendan tanto los dirigentes populares como los medios que han recibido con entusiasmo indisimulado la victoria del joven jabalí de la derecha española de siempre. Aguardemos la decisión del Supremo, pero Pablo Casado ha mostrado rápidamente la ausencia de cuajo, ha mostrado que en él hay mucho de cartón piedra y poco o nada de sustancia, de la vitola que debiera requerirse a los líderes políticos.

Lo de su máster es un elemento más del desnortamiento de la derecha: en condiciones más favorables, a los compromisarios del PP no se les pasa por la cabeza elegir a quien está en las condiciones de Casado. Lo hicieron al no salir del estado de estupefacción en el que les dejó la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy. Casado aprovechó el momento; dispuso del odio inextinguible que María Dolores de Cospedal profesa a Soraya Sáenz de Santamaría. La guerra civil no ha cesado en el PP. El máster sitúa a Casado en posición harto precaria, poco halagüeña para confrontarse con el calendario electoral que se aproxima. Además, vemos cómo asuntos turbios no cesan de golpear a los populares. Hasta en agosto, se ven sacudidos por casos como el del alcalde de León.

Es una situación que no le pone las cosas fáciles al presidente balear del PP. Además, Biel Company no halla la manera de hacer oposición eficaz a la astuta socialista Armengol. No le ha quedado otra que manifestar su "total confianza" en Casado, para anunciar después que no la tiene en que el presidente del Gobierno aprobará el Régimen Especial para Balears (REB), el que durante siete años Mariano Rajoy ha ignorado sin que Company considerara necesario y oportuno levantar la voz. Manosear el REB es tan eficaz como arremeter contra un tiranosauro con una escopeta de perdigones; entre otras evidentes razones porque la confianza en el PP en tales cuestiones es la misma que la que suscita el PSOE: ninguna. Ventear el REB para evidenciar los agravios que padece Balears solo está al alcance de alguien todavía más astuto que la presidenta de la comunidad autónoma: Font, el empático dirigente de El Pi. Es él quien se aprovecha del desmadejamiento que se ha apoderado del campo de la derecha. Font progresa, Company, no.

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