Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Crónicas estivales (III): Los otros

Sin ánimo de ofender, hoy quien no es emprendedor o emprendedora no es nadie. Se trata de mujeres y hombres que tienen decisión e iniciativa para emprender novedosos proyectos de índole personal, profesional, social y económico, más allá de las normas de triunfo propias del ya fenecido siglo XX.

Son visibles, se dejan ver en ecos de sociedad. Hay que estar ojo avizor de todas las opciones estratégicas, salir a vender cuanto antes, hacer un buen pacto de socios y rodearse de profesionales con mucho talento son algunas de las recomendaciones. Muchos de ellos saben lo que es emprender desde cero. Todos invierten en startup para mantener vivo un ecosistema con futuro: una organización con gran capacidad de cambio, que desarrolla productos o servicios, de gran innovación, altamente deseados o requeridos por el mercado, donde su diseño y comercialización están orientados completamente al cliente. El "cómo" y el "qué" importan más que el "dónde". Y como en esto de crear negocios se trata de aprender, nada mejor que saber cómo lo hicieron los veinte emprendedores que han apostado por una idea y trabajan cada día para hacerla grande. Después de leer sus consejos, he quedado anonadado. Y para más inri ha caído en mis manos un librito de autoayuda titulado "las cajitas del éxito" donde se ofrecen siete claves para mantener viva la motivación cada día mediante un equilibrio priorizando tareas y gestionando el tiempo. Su relevancia social, su presencia en los ecos de sociedad, es imprescindible objeto de deseo. Su futuro académico no suele transcurrir en estudios universitarios clásicos, tienden a especializarse a través de los másters, de los MBA y similares. Su éxito es llegar a ser un CEO (Chief Executive Officer) o un COO (Chief Operating Officer): consejero, director, supervisor, y/o asesor de la gestión, y/o ejecución, financiera, administrativa, comercial€ Lo que en la prehistoria empresarial se denominaba dirección y/o gerencia.

Por puro azar, mientras removía mis sesos en búsqueda del futuro a los miles y miles de hipotéticos emprendedores convencionales, mi aburrimiento chocó con dos reportajes que reactivaron mis neuronas. Descubrí otras maneras de ser emprendedores no convencionales, sin necesidad de startups.

El primero, un reportaje elaborado por Urko Urbieta, "Qué fue de los mejores de la selectividad", donde se reproducía el transcurrir de estudiantes que obtuvieron las mejoras notas entre los años 2008 a 2012. Coinciden, entre otros ítems, en que el éxito académico no abre automáticamente ninguna puerta. Aunque en algunos casos sus estudios elegidos pudieran desarrollarse aquí, todos menos uno no estudiaron en la UIB. La excepción fue un alumno del IES Sureda i Blanes (Son Gotleu) que apostó por estudiar física en la UIB, y que hace menos de un año comenzó el doctorado con una beca del ministerio. Residen, estudian y comienzan a hacer sus pinitos profesionales en Barcelona, Madrid, Alemania, Massachusetts€ Una lleva dos años en Mallorca preparando oposiciones a juez. El futuro, el suyo y el nuestro, también está en manos de estos "otros" emprendedores. ¿Cuántos de ellos y/o ellas regresarán a sus lugares de origen para desarrollar y aplicar aquí sus conocimientos?

El mismo día, Mar Ferragut publicaba en este periódico un excelente reportaje titulado "Sin ayuda derivan en fracaso o marginación". Sus personajes son tres jóvenes, dos hombres y una mujer, que luchan para poder emprender un proyecto personal, profesional y social. Son emprendedores absolutamente invisibles. Siendo adolescentes tuvieron que asumir que "tu padre pasa de ti y que con tu madre no puedes vivir". Les obligaron a vivir bajo el tutelaje del IMAS. Y cuando cumplen 18 años, ¿qué? El Govern les ofrece una renta de 430 euros mensuales para "despegar en la vida". Lisbet: "Con 17 años ya no podía aguantar más en casa", ahora es monitora de tiempo libre y estudia FP de Educación Infantil. Llucia: "Cuando salí de mi casa, me alejé del mal entorno y me puse a estudiar mientras comencé a trabajar en una frutería". Sergio: "Me vi obligado a buscarme la vida por mis medios muy pronto", ahora es instructor de vela y este verano trabaja como marinero de yate. No se miran el ombligo. Son "otros" emprendedores, aunque escasamente relevantes.

No desprecio ninguna tipología de emprendedores. Pero les confieso que me quedo con los "otros" emprendedores que, aunque emprendan proyectos de vida compartidos menos visibles y de menor relevancia social, resultan personal y socialmente mucho más satisfactorios y útiles.

Compartir el artículo

stats