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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

El PP contra la jueza que investiga a Casado

Algunos de los centuriones que escoltan al presidente del PP han ejecutado una de sus prácticas predilectas: arremeter contra los jueces cuando les vienen mal dadas

Javier Maroto, se ha apresurado a enfatizar que el aforamiento del que dispone Pablo Casado impide a Carmen Rodríguez Medel, magistrada que investiga el asunto de la carrera y los másteres del presidente del PP, indagar su milagrosa titulación, que solo el Tribunal Supremo, previa petición del suplicatorio al Congreso de los Diputados, puede proceder. Maroto ha embestido contra la impecable actuación de la jueza insinuando que lleva a cabo una persecución de tintes políticos. La vieja estrategia del PP cuando alguno de los suyos se ha visto confrontado con los jueces: descalificarlos con mayor o menor trazo grueso, según fuera la densidad de la cuestión a dilucidar. Ha acaecido con la Gürtel, también con casos que afectaron a líderes regionales. Las andanadas contra los fiscales murcianos, que han llevado al expresidente de la Comunidad a sentase en el banquillo, fueron contundentes. El PP dispone de una amplísima panoplia en su arsenal ofensivo, mejorado sustancialmente con la incesante práctica. La inició con Baltasar Garzón, sometido a fuego graneado, para lo que dispuso de la colaboración de su íntima enemiga, la hoy ministra de Defensa Margarita Robles, hasta obtener del Tribunal Supremo la inhabilitación. Pieza cobrada.

Indagar cómo ha convalidado Pablo Casado múltiples asignaturas de su licenciatura y cómo ha obtenido los másteres, es lo que ha situado a la magistrada Rodríguez Medel en la diana del PP, que no tolerará que su flamante líder máximo quede a los pies de los caballos a las primeras de cambio. Es plausible aventurar que no pueda cortocircuitar la concienzuda investigación de la jueza, pero, si llega el caso, no alberga dudas de que el Tribunal Supremo, de remitirle la magistrada una exposición razonada por la que se ha de imputar a Casado, la inadmitirá. En la sala de los penal de la máxima instancia judicial española se mueven magistrados a los que se supone proclives a la razón de Estado. La preside Manuel Marchena, jurista de reconocidísimo prestigio y no menos publicitada adscripción conservadora. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sabe lo que se hace cuando los designa.

Por el momento, Rodríguez Medel ha imputado (investigado, que Ruiz Gallardón cambió la denominación para hacer más llevadero el estigma a los destinatarios) a tres alumnas, dos de ellas, madre e hija, altos cargos del PP madrileño, que cursaron en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) sus respectivas carreras siguiendo la misma pauta con la que Casado exhibió sus impresionantes dotes, las propias de un superdotado al que se rifan las universidades norteamericanas de élite. Lo hecho por el presidente del PP es tan portentoso, que, de haberlo conseguido en la rama de Ciencias, a poder ser las Físicas, eso sí: acreditándolo sin mácula, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), plagado de premios Nobel, se le pagaría espléndidamente solo por estar allí.

Los profesores de la URJC, que tiene el prestigio asilado en el sótano, no saben qué decirle a la jueza sobre los trabajos de Casado, los que la URJC no ha conservado. Cuántas similitudes con el curso de los acontecimientos que desembocaron en el ostracismo de Cristina Cifuentes, la que en un video, de imborrable recuerdo, aseguraba displicente: "no me voy, me quedo." A Pablo Casado, el pizpireto líder de la derecha conservadora, le cabe la suerte de serlo de la de España. En buena parte de Europa por menos, por asuntos de mucha menos enjundia, te vas de inmediato a casa.

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