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Eduardo Jordà

LAS SIETE ESQUINAS

Eduardo Jordá

¿Qué es el verano?

Si alguien con graves problemas cognitivos quisiera saber alguna vez qué demonios es el verano, tendría que ver esta foto de Errol Flynn en la cubierta de su yate ´Zaca´ en Mallorca

No es momento para hablar del lío irresoluble del brexit, ni de la entrevista Sánchez-Torra -que sigue sucediendo en ese interminable Día de la Marmota que es el procés-, ni de los niños atrapados en la cueva de Tailandia, esa historia tan triste y tan claustrofóbica (¿a quién se le ocurrió meter a los niños en la cueva, justo en plena época de los monzones?). Hace demasiado calor y ya estamos todos aburridos de estas historias. Y encima mucha gente está de vacaciones aunque nosotros todavía estamos atrapados en esa otra cueva -casi siempre inundada- del trabajo del que no hay forma de escapar. Necesitamos un respiro, un poco de aire fresco. Algo que nos haga olvidar este triste mundo en el que los demás siempre están de vacaciones, mientras nosotros siempre estamos viviendo -o creyendo vivir- en el fondo de una cueva de la que es imposible escapar.

Y aquí está esta foto de Errol Flynn en la cubierta de su yate Zaca, tomada en algún lugar de la costa mallorquina hacia 1952 o 1953, cuando el actor tenía una casa en Illetes (Es Molí) y tenía su yate fondeado en el Club Náutico de Palma y disfrutaba navegando con una tripulación autóctona, en su mayoría ibicenca y mallorquina. Por lo que me contó Ventura Sala -cuyo padre fue uno de los marineros del Zaca, creo que el que lleva el timón-, el hombre que está a punto de afeitar a Errol Flynn se llamaba Jaume y también hacía de chófer cuando el actor se desplazaba en coche por la isla. Y ahí está Errol Flynn, en cubierta, con la cara enjabonada y un brazo en cabestrillo (probablemente a consecuencia de una caída, quizá en tierra firme o quizá en el yate: ya saben, demasiado alcohol, demasiadas juergas, demasiadas locuras). Me gusta esa camisa estampada con motivos tropicales que mi madre llamaba "un mambo", y me gusta esa bebida oscura que Flynn sostiene en la mano izquierda. Puede ser un cuba libre -vi una foto del Zaca en la que había un montón de cajas vacías de Coca-Cola en la cubierta-, pero me inclino por un bullshot, el cóctel que le gustaba beber a Errol Flynn para combatir las resacas. La receta, por si a alguno de ustedes le viene bien en estos días estivales, en la siguiente: una parte de vodka, dos de caldo de carne, una cucharada de salsa Worcestershire, otra de zumo de limón, mucha pimienta y mucho tabasco (y a ser posible, un tallo de apio para simular que aquello era un saludable reconstituyente). Bueno, en la receta de Errol Flynn solía haber dos partes de vodka por una de caldo de carne, pero no me atrevería a recomendar esta combinación en casos graves de jaqueca y náuseas virulentas. Observen también el cigarrillo con boquilla -Flynn siempre fumaba con boquilla -que el actor sostiene en la mano derecha, la que tiene en cabestrillo. Esa afición a fumar y a beber, por cierto, le saldría muy cara: Flynn murió con sólo 50 años, arruinado por completo, cuando intentaba vender el Zaca para saldar las deudas.

Si alguien con graves problemas cognitivos quisiera saber alguna vez qué demonios es el verano, y por qué la gente sueña con el verano y hay miles de canciones y poemas que exaltan el verano, habría que enseñarle esta foto. El mar, un velero y un hombre en la cubierta que se va a dejar afeitar luciendo una sonrisa de aceptación incondicional de la vida, con todo lo que pueda traer, sea bueno o malo, letal o maravilloso, ya sea la caída traicionera de un borracho o un amanecer en una cala desierta. Y ya que estamos, reflexionemos un segundo sobre el hecho de que este hombre de mediana edad, que sonríe mientras un barbero aficionado le enjabona la cara, va a dejarse pasar la navaja por el cuello en la cubierta de un yate. Por lo que se observa en la foto, el mar no está demasiado revuelto pero tampoco está en calma chicha, así que el balanceo del yate afectará sin duda el pulso del barbero. Me pregunto qué directivo de multinacional de esos que despiden a mil empleados en un solo día, o qué aguerrido líder anticapitalista de esos que se han pasado la vida cobrando un sueldo con cargo al contribuyente, se dejaría afeitar con navaja en la cubierta de un yate, mientras el barco se balancea y el pulso del barbero oscila peligrosamente junto a la vena del cuello.

En fin, dejémonos de sociologías y dejémonos de sermones. Ahí tenemos a Errol Flynn en una foto que simboliza todo lo bueno que tiene el verano. Ahí está el sol, el mar, la indolencia, el viaje. Ahí está el "mambo" estampado y el vaso de bullshot (con dos medidas de vodka, no lo olviden). Ahí está la vida que sonríe como si nada fuera irreparable y como si todo tuviera remedio. Y como si no existieran el lío del brexit, ni el Día de la Marmota del procés, ni el trabajo que nos obliga a vivir en una cueva de la que parece imposible escaparse. Como si todo fuera, en fin, un radiante día de verano en alta mar.

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