Conocí a Francisco J. Ayala en el comedor de la UIB. El catedrático norteamericanoespañol de Gen-ética estaba sentado justo enfrente de José Ferrater Mora, catedrático hispanonorteamericano de Ética a secas. Desde la perspectiva del apartamiento del primero de todos su cargos en la universidad californiana de Irvine, por cuatro acusaciones de acoso sexual a profesoras, aquel almuerzo de los años ochenta se convierte hoy en un proceso previo ante un juez único.
Ferrater dominaba la conversación, y tal vez avizoraba el futuro del otro catedrático comensal, al apostar por "la pluralidad de opiniones en asuntos ligados con la ética". El maestro barcelonés en la inteligibilidad de una filosofía que no da respuestas pero complicar las preguntas, se atrevía con un juego de palabras que hoy le costaría la cátedra. "El femenino de homenajeado es mujereada". Los ochenta, puro frenesí de libertinaje.
En el 2000 entrevisté a Ayala en el hotel Victoria. El científico se hallaba en la cúspide de su poder, como asesor científico de Bill Clinton. Las acusadoras del biólogo insisten desde Irvine en que su comportamiento "era un problema ampliamente difundido. La gente hablaba de mantenerse lejos de él, de no quedarse a solas con él, de no subir en el ascensor con él". El profesor degradado se refugia en que solo desplegó "las maneras educadas de un caballero europeo". Una parte de sus colegas señala que no reconocen al investigador en lo ocurrido.
De primera mano, me encontré con un Ayala elegante, puntilloso, educado al borde del aburrimiento, exquisito hasta el amaneramiento, con ese aire de visitante del espacio exterior que nunca abandona a los sacerdotes secularizados. La entrevista contiene una única referencia sexual, cuando el profesor trajo a colación a Monica Lewinsky sin incitación del entrevistador. Concluyó que "las masturbaciones o juegos eróticos de un Presidente no son cuestión de Estado", y que su jefe en la Casa Blanca había sufrido una persecución digna de las dictaduras soviéticas. Hasta el punto de que la esposa del científico migró de Republicana a Demócrata ante la cacería presidencial. Hoy resulta fácil anotar que el exdominico no extrajo las conclusiones adecuadas del Monicagate. Este error de perspectiva torpedea su investigación evolucionista con más fuerza que su pública deshonra.
Coincido con Camilo Cela Conde siempre que acierto, pero discrepo de su sentencia de que la universidad balear se ha precipitado al anunciar la retirada del honoris causa a Ayala. Una vez que se ha pronunciado el Tribunal Supremo de la universidad de Irvine, con tres Nobeles en su claustro, el juzgado de primera instancia de la UIB solo puede acatar el fallo para desposeer lo antes posible al doctorado honorífico. Y podría aprovechar la oportunidad para ampliar la limpieza a otros premiados.
Una vez más no hay ministro nacido en Mallorca, Francina Armengol no quiere sombra aunque intentó colocar a Aina Calvo de secretaria general de Universidades. Para compensar, los padres del almeriense José Guirao vivieron largo tiempo entre nosotros. El matrimonio formado por Lucas Guirao y Mercedes Cabrera residió en Palma y Sóller. La madre del titular de Cultura en el gabinete de Pedro Sánchez tiene 92 años y es una enamorada de la isla, hasta el punto de que habla a menudo a su cuarto hijo en mallorquín.
Hablando de transportes, la flamante delegada del Gobierno se estrena en este diario pontificando que "al ciudadano le da igual qué administración resuelve sus problemas ni quién está. Lo que le interesa es que las cosas funcionen bien...". Bajo esta premisa, se me ocurre una pregunta sencilla para Rosario 252T Sánchez Grau, ¿por qué es socialista? O más simplificada, ¿es socialista? Si necesita ayuda para responder, puede consultar a Cati 252T Cladera.
La delegada del Gobierno es una egresada de la primera promoción de Económicas de la laureada universidad Pompeu Fabra. Si desea funcionar, Sánchez II puede consultar En el huracán catalán, el desequilibrado libro de Sandrine Morel sobre el procés, un dato que debería preocupar especialmente a quienes somos lectores de pago de Le Monde. Con todo, la corresponsal del rotativo parisino admite que "Cataluña tampoco puede decir que sea la peor financiada: de hecho, Balears presenta un déficit fiscal mucho mayor". A continuación se inventa un contagio del independentismo a nuestras pacíficas costas. Descacharrante, ya digo.
Algún día, todos los mallorquines serán como los dos ejemplares de la foto que hoy nos ilustra, tomada en Can Pastilla. Más bien inmóviles, más bien callados, pulcros y aseados para no asustar a los visitantes, con la prodigiosa variedad gestual que caracteriza a la raza, regionalizados y expuestos a la pública admiración con selfie incluido.
Y ya que el GastroBeach anuncia sobrasadas y ensaimadas, con el Vaticano hemos topado. No fue el obispo Sebastià Taltavull quien transportó treinta piezas del embutido por iniciativa propia a Roma, para agasajar a Luis Ladaria. Al contrario, el cardenal requirió la treintena de derivados cárnicos, para regalarlos a su entorno. Su primera instrucción cardenalicia fue que el envío se acompañara de otras tantas ensaimadas, pero este encargo se frustró porque no se podía transportar los dulces en el avión. Al Papa también se le conquista por el estómago. Vean Sicario: El día del soldado, y las que vendrán.
Reflexión dominical hereje: "La blasfemia es el mayor reconocimiento de la existencia de Dios".
