Cuando yo hacía el bachiller en los Teatinos -¡cuánto tiempo ha pasado!- recuerdo que un profesor de matemáticas habló del tiempo y solicitó opiniones sobre el mismo. Un compañero, hoy farmacéutico con farmacia abierta en la calle de los Olmos, lo relacionó con el movimiento. Más tarde entré en contacto con científicos quienes piensan, pues la definición del tiempo es imposible, que éste es movimiento. Es imposible parar el tiempo. Para conseguirlo se habría de paralizar todo el movimiento en el universo. Parar todo el movimiento por completo, incluso el movimiento interior como los latidos del corazón.

Sólo en ese caso, que es imposible, se paralizaría el tiempo. Por ello pasamos con rapidez de la niñez a la juventud y de esta a la ancianidad. Que me lo digan a mí que ya tengo ochenta años. Por eso es muy importante que las familias no sólo cuiden a sus hijos, sino que también los eduquen pues pronto se pasa de la infancia a la juventud. También es importante en grado sumo que elijamos políticos que no restrinjan el dinero destinado a la enseñanza pública, como ha venido ocurriendo últimamente de forma reiterada, sino que se amplie en todo lo que se pueda, pués el tiempo pasa rápidamente, sin pausa, y sólo los jóvenes bien educados van a proporcionar, se van a proporcionar una sociedad adecuada en la que podamos, en la que puedan,vivir sin violencia y con solidaridad de unos con los otros, lo que nos producirá la paz.

* Exdecano del Colegio de abogados de Balears