os análisis históricos quedan cancelados ante la evidencia de que España se enfrenta a su primera vez:
La primera vez en que un ciudadano llega a presidente sin ser diputado.
La primera en que un partido llega al Gobierno con menos de cien diputados.
La primera en que triunfa una moción de censura.
La primera en que un ciudadano llega a La Moncloa sin investidura.
La primera en que un presidente del Gobierno es desalojado por diputados que habían facilitado su investidura.
La primera en que el crucifijo y la Biblia desaparecen durante el juramento.
La primera en que un partido vota los presupuestos de un Gobierno y a la semana siguiente derriba al Gobierno susodicho.
La primera en que un ciudadano llega a presidente del Gobierno sin la formalidad de haber sido propuesto por el Rey.
La primera en que el presidente supera el metro noventa de estatura.
La primera en que un candidato suspendió en la investidura, para ser aupado luego sin ese trámite.
La primera en que un candidato se enfrentó al Rey y se negó a someterse a la investidura, hasta que decidió probarlo tras unas nuevas elecciones.
La primera en que una legislatura con presidente investido no alcanza ni los 700 días desde hace cuarenta años.
La primera en que una legislatura ni siquiera consiguió investir a un presidente.
La primera en que se sucedieron dos elecciones generales en un plazo de apenas medio año.
La primera en que un catalán, creador de un partido en Cataluña, encabeza las encuestas para gobernar España.
La primera en que la frase "he aprendido de mis errores" la pronuncia el ganador de la moción de censura, y no su perdedor.
La primera en que los diputados del partido del presidente del Gobierno le votan con menos entusiasmo que los parlamentarios de formaciones aledañas.
La primera vez, pero habrá más.
